28 de abril de 2024

Críticas: Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore

Más infantil que Harry Potter.

Animales fantásticos: los secretos de Dumbledore (2022) es la tercera película de esta pentalogía que va a suponer la adaptación cinematográfica del libro Animales fantásticos y dónde encontrarlos, escrito y publicado por la escritora británica J.K. Rowling en el año 2001.

Tras el éxito rotundo de la saga cinematográfica de Harry Potter, su creadora, se lanza y decide adaptar su novela de corte más juvenil, como lo es Animales fantásticos y dónde encontrarlos (2001), que da título a la primera película de esta nueva saga.

Si las películas de Harry Potter se centraban en el crecimiento del joven protagonista y los conflictos que tenía que ir resolviendo año a año, en Animales fantásticos se apuesta por un planteamiento distinto y más arriesgado, teniendo en cuenta de qué pie cojea el fandom de este universo literario y cinematográfico.

Esta nueva saga se centra en las aventuras de Newt Scamander, el primer magizoólogo del mundo en un contexto de alzamiento de un mago tenebroso que va a poner el jaque al mundo mágico. No obstante, la primera película acaba siendo tipo Jumanji, persiguiendo animales por todo Nueva York con un tono cómico bastante infantil, mezclado con una subtrama más adulta y escabrosa (la de Credence y el obscurial) que se come totalmente el interés de la trama principal.

En la segunda película se fusionan las dos tramas de la primera y se pretende darle más importancia a Grindelwald. En esta película tenemos escenas interesantes del villano, en la que vemos su discurso, pero no se le llega a desarrollar en profundidad y el personaje apenas adquiere interés. La trama gira en torno al conflicto político del mundo mágico en la que se avecina una especie de «guerra civil» entre todos los magos, introduciéndose temas de rigurosa actualidad como el alzamiento de la ultraderecha, la homosexualidad o el clasismo, muy imperante en la sociedad occidental contemporánea. No obstante, todo se queda en pinceladas emborronadas por un argumento demasiado simplista e infantil, con unos personajes protagonistas ridículos, que apenas evolucionan. Se introducen personajes secundarios para darle un poco de coherencia a la trama y como si fuesen pañuelos de papel, los usan y los tiran (Yusuf).

Y llegamos por fin a esta tercera película. Animales fantásticos: los secretos de Dumbledore (2022) presenta un tono y un ritmo continuista respecto a las dos primeras películas, se mantienen los chascarrillos cómicos con un ritmo muy dinámico en el que la trama avanza de forma forzosa muchas veces, pero desde luego no tanto como la segunda entrega. Algo bueno de la película son las escenas de acción muy vistosas, de las cuales hay al menos tres muy destacables en esta película. Se mantiene en la dirección el impersonal David Yates, que viene dirigiendo películas de este universo desde Harry Potter: La orden del fénix (2007) y sigue sin aportarle nada a las películas más allá de plasmar el guion, guion que en esta película no abandona las incoherencias propias de la saga. Personajes cuyo desarrollo en las dos primeras dejaban intuir que iban a tener mucha importancia en esta tercera entrega pasan sin pena ni gloria por la pantalla, otros directamente desaparecen porque si y aparecen otros para suplir su espacio, algunas subtramas como la amorosa que vincula a Newt y Tina directamente se abandona. Destacan entre tanto caos narrativo las actuaciones y escenas en las que confluyen dos grandes actores como Jude Law (Albus Dumbledore) y Mads Mikkelsen, que sustituye a Johnny Depp en el papel de Gellert Grindelwald, y que juntos consiguen aportar un poco de profundidad emocional a una saga en la que el resto de personajes, por A o por B, no son capaces de conseguir.

Los cuatro años de distancia entre la segunda y la tercera entrega de esta saga hacen que mucha gente la tuviese ya olvidada, y aunque pueda dar pereza retomar el hilo creo que para los fans que hayan visto ya las dos primeras entregas es interesante acudir a ver esta tercera, aunque sea por seguir la historia y tratar de descubrir todos los guiños a las películas de Harry Potter, que distraen un poco al espectador de una trama que hace aguas.

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