26 de abril de 2024

Críticas: Encierro 3D

Encierro 3D - Cinema ad hoc

Los Sanfermines se adelantan con este documental en tres dimensiones.

El uso del 3D en el cine no ha cesado de estar sujeto a múltiples críticas desde su implantación en 2009. Entonces ya se empezaban a alzar las voces que ponían en duda la aportación real de este sistema, señalándolo como una simple moda pasajera instaurada para lucrarse del aumento en el precio de las entradas. Así, cuatro años después, el debate sigue en el aire mientras continúa siendo rara la superproducción que no se estrena con copias estereoscópicas. Paralelamente a esto, cineastas como Wim Wenders o Werner Herzog han demostrado que el formato también puede usarse con fines puramente artísticos y resultados más que notables. Y otra larga serie de documentales, como es el reciente caso de The Art of Flight, se han servido de él para otorgar un nuevo enfoque a la espectacularidad de sus imágenes.

Encierro 3D (3) - Cinema ad hoc

Con esta premisa llega Encierro, una de las primeras películas rodadas haciendo uso de esta técnica en España. El holandés afincado en San Sebastián Olivier van der Zee, que ha estrenado en los últimos años La Chanson de Roland y El último magnate, es el encargado de llevar a cabo la tarea de sumergir de lleno al espectador en los encierros de San Fermín, tradición que lleva celebrándose en Pamplona de uno u otro modo más de 700 años. Para ello cuenta con testimonios de primera mano de ocho participantes habituales, mezclados con imágenes captadas para la ocasión durante cuatro años sucesivos y otras extraídas del archivo de diversas televisiones.

Realmente, la publicitada espectacularidad es más bien el camino elegido para transmitir la idiosincrasia de unos corredores que afrontan los encierros como una forma de vida insustituible, contando siempre con el riesgo omnipresente de sufrir un percance. Desde un profesor universitario guipuzcoano hasta un literato neoyorquino bajo la sombra de Hemingway, pasando por el padre del último fallecido en un encierro –que asegura no haber podido evitar ver el de la mañana siguiente a la muerte de su hijo–, todos los entrevistados tienen en común su condición de participantes activos en lo que supone un motor en sus vidas. Una pasión que, al contrario de lo que quizá pueda parecer desde el exterior, se rige por unas normas muy específicas y requiere un gran conocimiento de la situación, yendo más allá de la mera descarga de adrenalina.

Encierro 3D (2) - Cinema ad hoc

Las imágenes de los encierros que se nos muestran destilan nervio, pese a estar a menudo contrapunteadas por una voz en off excesivamente didáctica y televisiva. Su espectacularidad y relativa novedad, sin embargo, no impiden que el resultado termine asemejándose a algo parecido a un soso publirreportaje financiado para atraer turistas a los Sanfermines. El elogio de la peculiar naturaleza del corredor es una opción tan válida como cualquier otra, pero se echa de menos un testimonio que se salga de la línea compartida sin excepción por todos los personajes que aparecen en el documental, que subrayan la sangre fría necesaria para correr los encierros o la asunción de un riesgo como clave para superar los peores momentos. Los escasos 80 minutos que dura dejan la sensación de que, más que acercar la fiesta al espectador ajeno a ella, Encierro puede acabar siendo un trabajo para mayor goce de quienes viven a flor de piel esta tradición. Y es bastante dudoso que ese fuera su único fin.

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