19 de abril de 2024

El corto favorito de Tarko

Tras El cuento de los cuentos, El sueño de un hombre ridículo es mi obra de animación favorita. Realizada por el genial Alexander Petrov, discípulo de Yuriy Norshteyn, se basa en un relato corto homónimo escrito por Dostoievski en 1877, mi escritor predilecto junto con Kafka, y es una de las adaptaciones más perfectas que se han hecho no sólo de una obra del autor, sino de una obra literaria en general.

Para entender el corto hay que hacer una inexcusable referencia al pensamiento del escritor y a su plasmación en el relato, lo que por consiguiente desvelará algunas claves del corto, avisado queda. Dostoievski siempre se mostró contrario al nihilismo y al racionalismo sin hueco para otras sensibilidades más allá de la razón, y los consideró como factores desencadenantes de la crisis existencial de la humanidad. Sí, se puede afirmar que Dostoievski fue uno de los precursores, entre otras cosas, del existencialismo. Estas ideas se presentan en el relato, por una parte tenemos a un personaje neurótico, habitual en su obra, y nihilista, al que sobreviene cada vez con más frecuencia la idea del suicidio ante el pensamiento de que la vida carece de un significado, actuando el encuentro con la niña y la falta de compasión por su parte con el posterior sentimiento de culpa como desencadenante.

Por otra parte, asistiremos tras el suicidio a su traslado a través del espacio a una especie de paraíso donde no hay vicios y los seres humanos viven en armonía, pero pronto debido a su presencia este mundo utópico e idealizado se corromperá: empezará la violencia, el desear aquello que tiene el prójimo, la propiedad privada cuando antes era todo de todos, las guerras, los falsos profetas, etc. Una situación de decadencia que le sirve a Dostoievski para introducir su crítica al racionalismo como único modo para encontrar la verdad. Finalmente, sumido en la más terrible desesperación, el protagonista se despierta y comprende que todo ha sido un sueño. Un sueño muy real, un sueño revelador que actúa como detonante para que se produzca un cambio en el protagonista, para darse cuenta que no está todo perdido, que puede luchar en la tierra para conseguir ese amor entre los hombres que se ha perdido, desde una postura tan primigenia y en cierto modo ilusa como la de amar a tu prójimo, y aunque le tilden de loco o idiota como al príncipe Myshkin y posiblemente nunca lo logre, él se sentirá realizado si lo intenta. Y aquí tenemos otra idea capital en la obra de Dostoievski, el sufrimiento como redención para el ser humano.

Y todo este universo de Dostoievski es trasladado a la pantalla de una manera asombrosa por Petrov, mediante la laboriosa técnica del óleo sobre vidrio, utilizada en toda su excelsa obra, con la que consigue que cada fotograma parezca un cuadro en movimiento, alcanzando una extraordinaria belleza. Una rebosante imaginación con aires surrealistas que te deja maravillado y rendido ante lo que estás viendo dada su apabullante perfección técnica (el recién nacido en la mano del protagonista que se convierte en un pajarito, la torre que se derrumba, las escenas de violencia…). Y, por si fuera poco, en algunos tramos del mismo nos hace sentir que estamos dentro de una pintura de Goya. En definitiva, una obra de arte inolvidable.

Texto de Tarko.

El sueño de un hombre ridículo (Aleksandr Petrov, 1992):

Primera parte:

Segunda parte:

8 comentario en “El corto favorito de Tarko

  1. La unica película de animación a la que estuve a punto de darle (10), tal vez lo haga en un futuro, hermosos veinte minutos.Tengo que ver más de este hombre.

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