A buen seguro que si os preguntan cual es vuestro corto favorito, no tardaríais demasiado en responder: Mirindas asesinas, Viaje a la luna, El tren de la bruja, Ángeles caídos, Asalto y robo de un tren… y es que esa plataforma de lanzamiento que ha servido a directores como Álex de la Iglesia, Jaume Balagueró o Nacho Vigalondo para poder llegar al terreno del largo, en ocasiones ofrece joyas tan recomendables como inesperadas. Joyas que, en cuestión de poquísimos minutos, son capaces de impresionar, divertir, extasiar o maravillar a cualquiera, cosa verdaderamente complicada si tenemos en cuenta que alcanzar cierto nivel de empatía en tan poco tiempo se antoja más que difícil.
Con Cine en corto, abrimos en Cinemaadhoc una vía para analizar los trabajos favoritos en este ámbito de redactores y colaboradores, que darán fe de las bondades de cortometrajistas tan reputados/as como Maya Deren, George Méliès, Segundo de Chomón, José Val del Omar, Artavazd Pelechian o aquellos que han hecho sus pinitos en el género como David Lynch, Eric Rohmer, Jim Jarmusch, Alain Resnais, Tom Twyker, entre tantos otros que llevaría un mundo mentar, y de los que os iremos ofreciendo reseñas a través de esta sección que se inaugurará en breve con una de esas piezas tan desconocidas como refrescantes y sorprendentes que, de vez en cuando, le alegran a uno la tarde… con tan poco.
