Dando el pistoletazo de salida a la sección Cine en corto, les traemos hoy una reseña de Yuri Lennon’s Landing on Alpha 46, de mano del debutante Anthony Vouardoux.
Los motivos por los que el formato de cortometraje está tan extendido hoy en día resultan obvios: por un lado, su realización no es tan costosa, ni de lejos, como la de un largometraje (aunque podemos encontrar todo tipo de casos, como es lógico), y en segundo lugar por el mero hecho de que con cada década que pasa, sea más complicado tener una idea que dé frescura al género en que se trabaja, y además de ello saber mantenerla sin agotar la paciencia del espectador. Pues bien, esas dos premisas unidas a que la base de Yuri Lennon’s Landing on Alpha 46 no da para más de lo que nos cuenta aquí el director de origen suizo Anthony Vouardoux, que ajusta el metraje a la perfección sabiendo generar la expectación necesaria y llegar al punto de clímax final con un pulso fuera de cualquier duda, hacen de este corto una experiencia tan recomendable como estimulante.
Tiene tanto mérito eso, como el hecho de saber enganchar al espectador con una primera parte de cortometraje que se desarrolla únicamente en una cabina de una nave, y cuyo objetivo es tan sencillo como el de llegar a una luna de Saturno. Sin más información que esa, y en un intercambio de diálogos entre el único protagonista y la radio que le comunica con la Tierra, Vouardoux sabe sostener la primera parte del corto en un plano secuencia que termina extendiéndose al resto de metraje y logrando que en todo momento la situación de visitar un lugar en medio del espacio desconocido para nosotros resulte creíble.
Pero la cosa no termina ahí: escindiendo un tono que va ofreciendo una gradación distinta a medida que transcurren los minutos, se llega a ese segundo tramo donde el protagonista, Yuri Lennon, explora detenidamente el planeta en busca de algo, y ese algo es el desencadenante que termina rompiendo con una introducción tan cuidada y derivando hacía matices mucho más humorísticos, pero alrededor de los que el debutante en la dirección sabe construir sin complicación un clímax realmente bueno gracias a la banda sonora y a una interpretación que en ningún momento decae y concluye con un último deje que a mi, particularmente, me parece el broche adecuado.
En definitiva, no les puedo decir mucho más sobre un cortometraje acerca del que, a poco que uno comente, puede destripar fácilmente, solo les puedo invitar a que se sienten, se lo pongan, y disfruten, que ese es su principal cometido. Ni pretensiones fuera de lugar, ni intentos por darle al material una forma que debería poseer, ni nada absolutamente fuera de lugar conforman un trabajo que a muchos les parecerá futil por estar concebido como lo está, pero que a un servidor no puede más que sorprenderle y dejarle una sonrisa en la cara que todavía se sepan concebir joyas así en un terreno tan sobreexplotado como el de la ciencia-ficción. Bueno, que no me extiendo más y les dejo el corto al completo para que se formen su propia opinión, y sopesen si mereció la pena contar algo así en unos 12 minutos que se acercan más al ideario de la cinematografía como entretenimiento y evasión pura que otra cosa. Eso sí, la versión es en VO (el corto es en inglés) con subtítulos en alemán, pero si el que esto escribe entendió lo que hay que entender (que no es mucho), no dudo que ustedes vayan a ser menos.