26 de abril de 2024

Críticas: Promoción fantasma

Antes de que los Cazafantasmas regresen a la gran pantalla y el remake de Posesión infernal espante a nuestros cerebros llega Promoción Fantasma, un producto ectoplásmico-ochentero Made in Spain.

Javier Ruiz Caldera se ha convertido en uno de los estandartes de la primera escisión de cineastas patrios que están imitando exitosamente, a nivel comercial, las fórmulas del blockbuster norteamericano. Primero con una spoof movie (la primera española), que consiguió unos brillantes datos en taquilla, y ahora una reformulación (que no reinterpretación) de la comedia ochentera de institutos bajo referentes fantásticos fantasmales. El resultado no sé si está cerca o lejos de esas cintas de terror de imitación y baja calidad o seguir la estela exitosa de las dos partes de Fuga de cerebros. Si el fin justifica los medios y ese fin es pura y netamente económico… bienvenidos al otro mundo comercial.

El 2012, aparte de ser el año apocalíptico de los mayas y en el que se estrenará la película más fantasma del año, El Caballero Oscuro: La leyenda renace, puede ser uno de los periodos con la marca fantasma más profunda. Con el éxito catódico de American Horror Story, el próximo estreno de El alucinante mundo de Norman con un protagonista capaz de hablar con los muertos, la tercera parte de Cazafantasmas, el remake americano de El orfanato, el regreso en 3D de Amityville… y ahora Promoción fantasma. Después del fiasco de ¿Estás ahí? de Roberto Santiago, la cinta de Javier Ruiz Caldera con Raúl Arévalo con cabeza mortal visible llega para epatar y fulminar la taquilla española con una estética ochentera muy norteamericana. Los ochenta siempre vuelven y nos persiguen, nos atrapan y sus referencias se hacen más que palpables en la cinta del director de Spanish Movie. Parece que Promoción Fantasma quiere ser un cruce de El club de los cinco y Entre fantasmas (ramal catódico de El sexto sentido). La primera referencia efectivamente es de los ochenta y la mejor posiblemente de John Hughes. Las otras forman parte la extensión ectoplásmica que tan buen rendimiento dio en la década de Poltergeist: fenómenos extraños.

¿Dónde está la comedia de terror aquí? Veo la comedia… blanca, comedida y sin demasiados ramalazos escatológicos ni guarrindongos. El terror, eso sí, brilla por su ausencia. Arrástrame al infierno de Sam Raimi o La Plaga de James Gunn reivindicaban y homenajeaban el terror ochentero. Promoción fantasma no pretende ser una revisión de La noche del baile de medianoche o El terror llama a su puerta, sino utilizar sus elementos fantásticos para construir una inusual comedia (con tintes dramático-románticos) que no se da cuenta que lo no es. Cualquiera que revise la reivindicable y ya en los asentados noventa Agárrame esos fantasmas de Peter Jackson, sabrá de lo que hablo.

Puede que buscar realizar una película novedosa en España haya llevado a su director hacía un punto de interés por un proyecto. Amenábar ya lo hizo con Tesis en el 96 y consiguió una de las películas más reivindicadas (por ‘Los Otros’) del cine español desde entonces. Promoción Fantasma funciona por su acumulación de referencias al cine norteamericano de instituto y sus clichés. El grupo fantasmal está compuesto por un macarra (Grease), por una empollona (La revancha de los novatos), por la chica popular que se queda preñada (más Grease) y un eterno borracho freak (más de La revancha de los novatos). Por supuesto la estética de todos ellos forma parte del universo que habita en el otro lado del charco. Aparte de un rácano balón de Naranjito, localizado en plan Buscando a Willy, no hay guiños ni referencias a ese universo ochentero salvo el look del vestuario. Incluir el Total Eclipse of the Heart de Bonnie Tyler no es retro ni ochentero, es de ‘radiofórmula’ actual de M-80. Mucho más el ‘Enamorado de la moda juvenil’ de Radio Futura o mencionar de pasada a Mecano, Nacha Pop o Michael Jackson. Está claro que el homenaje es sobre el baile espantoso del ‘Saturday Night’ de Whigfield y traumas pasados por un beso etéreo. Los ochenta de la Súper-Pop, de la Teleindiscreta o de V (y de Verano Azul) no están presentes aquí ni en esencia ni en forma ni en contenido. ¿Por qué no unir el cine comercial americano con nuestros ochenta y el cine quinqui? Me imagino Promoción Fantasma en un colegio de quinquis, gitanos, nerds patrios y heroína con el beneplácito de Superstar de Bruce McCulloch y enloquezco de sólo pensarlo…

El director manifiesta desentenderse del homenaje y del punto nostálgico y llego a una única y sólida conclusión: yo no formo parte del target al que va dirigida Promoción Fantasma ya que me parece un producto perfecto para adolescentes afines a Física o Química o similares. Para ellos es esta película, para nosotros hicieron otra el año pasado llamada Super 8. 

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