5 de octubre de 2024

Críticas: Rock'n'Love

David Mackenzie, que parece haberse abonado al romance tras estos últimos años, vuelve con Rock’n’Love.

De todos modos, lo mejor de Rock’n’Love, más que esconerse tras ese cine romántico, se esconde en un cine que funciona como crónica o relato de una generación como en la que se encuentra el que estas líneas escribe. Una generación en la que el hecho de atender a dos pájaros bloggers con una cámara supone otro elemento paisajístico más, o en la que quedar barnizado por el barro debido a una noche de ebriedad y excesos no sería tan bochornoso como se supone a priori. Y así es como construye Mackenzie un discurso armado a raíz de una tontería tan grande como esposar a dos personajes que inicialmente parecían chocar, pero que como el público bien sabe sin necesidad de conocer ni lo más mínimo al guionista, ese choque irá menguando hasta llegar a puntos clave que definirán una relación donde lo más probable (a saber, por la disposición de elementos) era que no sucediese nada. Aunque claro, esto es cine, señores.

No es tan importante, sin embargo, esa relación, sino más bien los puntos de anclaje que la sustentan con el suficiente esmero para que antes de entrar en tópicos cobren la suficiente potencia como para que el espectador se vea inmerso en esa relación fundamentada a través de gestos, diálogos fugaces y conflictos tan banales que solo podrían caber en una generación como la que nos ocupa, la generación festivalera. Así, Mackenzie sabe urdir momentos que rezuman autenticidad y que contagian a cualquiera invitándole a formar parte de ese festival en el que lo más importante no parece resultar (en principio, obviamente, por mucho que luego se empeñen en darle mil vueltas y resaltarla) una relación que podría no existir, y aun así el film seguiría poseyendo un enorme potencial gracias a unos recovecos que le dan el empaque necesario como esa crónica mentada, que cobra importancia aun estando solamente nuestros dos protagonistas en pantalla, pues a través de ello el reflejo resulta vivaz siempre y cuando el texto que les rodea no les remite a los tópicos más pueriles y desgastados del género.

Sin embargo, no puede Rock’n’Love mantener el envite de esos tópicos que terminan haciendo de ella una más, aunque con un plus debido a un contexto que le sirve las mejores condiciones como para que el cliché no se termine imponiendo aunque, desgraciadamente, sea así y le deje a uno con un palmo de narices al comprobar que ni siquiera una historia que a ratos resulta tan radiante y tan fresca se ha sabido imponer a los cánones y esquivar el sobadísimo final, que se termina convirtiendo en un déjà vu que es mejor ni mentar, puesto que la película tiene más valores tras de sí (la espontaneidad. la intención, etc.) que bien merece rescatar más allá de unas líneas de guión que nos remiten a lo de siempre y que satisfarán a los admiradores de las historias románticas más imposibles, pero irritarán a todos aquellos que en su primera mitad hubiesen encontrado un filón al que agarrarse. Pena que Mackenzie no barajase ese filón como una realidad necesaria en su trabajo.

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