19 de abril de 2024

Críticas: A puerta fría

A puerta fría (Antonio Dechent y María Valverde)

Antonio Dechent y María Valverde protagonizan la destacable nueva película de Xavi Puebla.

El pasado Festival de Málaga, en el que triunfaron Els nens salvatges y Carmina o revienta, encumbró también a otra película que generó muy buenos comentarios y se alzó con dos merecidos galardones. A pesar de su destacable reparto e indudable interés al tratar la temática laboral, A puerta fría ha tardado casi un año en encontrar un hueco en las salas y llega ahora de la mano de una pequeñísima distribuidora. Sigue en cierto modo la estela de los logros de la notable Smoking Room (2002), cultivando una vertiente poco usual en el cine español que recuerda a títulos como Glengarry Glen Ross, que destaca la descripción de ambientes tan acogedores como asfixiantes y sobre todo la contundente humanidad de los personajes que habitan en ellos. El barcelonés Xavi Puebla no niega cierta influencia del texto de David Mamet en su obra, si bien el enfoque que se da a la competencia entre agentes de ventas atrapados en un mundo despiadado es notoriamente distinto.

A puerta fría (Antonio Dechent y María Valverde) (2)

La anterior obra del director, Bienvenido a Farewell-Gutmann (2008), nos situaba en el marco de la cruenta lucha por un puesto vacante en una empresa farmacéutica. Aquí, lo que se nos muestra son tres días en una feria de ventas que puede ser la última para el desesperanzado protagonista. Un Salva por completo decadente en lo personal y profesional, pero que repentinamente se topa con una persona, un dilema, que podría cambiar su destino inmediato. Aunque quizá todo, una vida completa sacrificada por un empleo que ya le exprimió, haya sido en vano. Y su visión del mundo, de las cosas que tuvo que dejar atrás en él, tal vez no vuelva a parecerse a la de antes.

A puerta fría describe con una precisión y lucidez por momentos casi conmovedora la situación del empleo en el contexto social actual, guiándonos a través de un magnífico Antonio Dechent cuyos compañeros de reparto –de María Valverde a Héctor Colomé– están a la altura, logrando incluso que la celebrada intervención de Nick Nolte quede casi como una anécdota. Puebla esquiva los tópicos y estridencias a la hora de presentar una colección de dramas humanos que se sienten cercanos, auténticos, lejos del regodeo o la impostura que a menudo acompaña a este tipo de personajes. En este sentido, se nota mucho la experiencia personal del director y guionista en el ambiente del que habla. Quizá su gran acierto sea no mencionar explícitamente la crisis, la situación del país ni del sector, más allá de situaciones personales concretas. Esto se percibe más bien como una carga, una molestia que flota en el ambiente y asfixia a los protagonistas sin hacerse visible en ningún momento, hasta llegar a un tramo final que nos hace replantear lo anterior sin desmarcarse mínimamente de su tono ni contener un giro de guión imprevisto. Silencios elocuentes, varios planos sostenidos y un inteligente uso de la elipsis en dos momentos concretos redondean este hecho. Un único escenario, el hotel donde se celebra la convención, basta para mantener el interés durante 80 minutos que acusan algún que otro ligero altibajo, pero presentan el dilema de los personajes sin apenas desviarse un milímetro de sus objetivos.

A puerta fría (Antonio Dechent y María Valverde) (3)

Quizá las altas cotas alcanzadas por A puerta fría no supongan una huella como la de sus referentes inmediatos. Pero la ausencia casi total de patrones similares en el cine español más reciente, unida a su rotunda solvencia, hacen de ella un título de visionado urgente, bien merecedor de una oportunidad en lo que se intuye un paso fugaz por los cines. Ahora se antoja mucho más complicado poder repetir, desde esa modestia, algo parecido a la hazaña que logró la mencionada Smoking Room hace ya once años. Y esto puede hablar más de la situación actual del cine en nuestro país que puntuales –y loables– megaéxitos como Lo imposible o Las aventuras de Tadeo Jones.

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