20 de abril de 2024

Festival Rizoma: Día 2

Left to right: Lindsay Burdge (Marie), Haruka Hashimoto (Haruka), JenniferKim (Jen), Paul Manza (Paul)

La segunda jornada cinéfila del Festival Rizoma ha estado marcada sin duda por la transgresión. Desde Brooklyn nos ha llegado otra producción independiente, ganadora en el festival de Tribeca a mejor película y mejor nuevo director, First Winter. En esta ocasión nos trasladamos al norte de Canadá donde un grupo de practicantes de yoga pasan unos días en una casa de campo, invitados por el maestro/gurú, que aprovecha su labia y su condición para seducir a jovencitas deseosas de acostarse con el líder espiritual carismático que es. Al poco tiempo de llegar, toda la zona se queda sin luz, poniendo al grupo en una situación extrema al estar a varios grados bajo cero.

Si bien la primera mitad de First Winter hace de dicha transgresión su bandera al convertirse en una orgía de sexo, drogas y yoga, la segunda mitad se vuelve mucho más contemplativa y mística, llegando a resultar algo pesada y aburrida. El director Benjamin Dickinson se recrea en los paisajes nevados de Canadá, con una película escasa en diálogos y sin banda sonora, exceptuando las contadas ocasiones en que los actores interpretan su música al piano o a la guitarra. Esto no supondría mayor problema si la historia tuviera un argumento de peso en el que sustentarse, pero se trata de una trama vacía de contenido, intentando ser trascendental pero sin ningún valor al respecto para que se pueda considerar interesante. El punto de partida de First Winter es muy prometedor, pero la opción de caer en el misticismo hueco, aparta de la película toda filosofía transgresora que de ella se esperaría.

Arrebato

Y si de transgresión cinematográfica hablamos, la película más perturbadora del cine español por excelencia es, sin ninguna duda, Arrebato de Iván Zulueta. Como homenaje al director guipuzcoano que tantas veces plasmó en su obra la zona de Plaza de España en Madrid, escenario del Festival Rizoma, hemos asistido a la proyección previa de dos de los cortometrajes que tuvieron como escenario dicha zona madrileña, Aquarium y Complementos, en los que se proyectan muchas de las imágenes y de los elementos que más tarde incluiría en su largometraje. Realizada en 1979, en pleno proceso de transición hacia la democracia, y con un palpitante deseo de libertad y apertura entre los ciudadanos reprimidos durante 40 años, Arrebato supone un punto de inflexión en el cine español de la época, ofreciendo aspectos poco, o nada, vistos anteriormente en nuestro cine. Con una narración no lineal, prescindiendo de un esquema clásico y mostrando desnudos integrales masculinos y escenas de drogadicción explícitas, la palabra transgresión aplicada aquí se queda corta más teniendo en cuenta los tiempos tan difíciles en los que se hizo.

Arrebato es un viaje perturbador y oscuro a través del poder vampírico del cine y de la heroína. Una película que no deja absolutamente indiferente a nadie.

Will More

Justo después del visionado de los cortos, y antes de asistir, no sin algún que otro problema técnico, a la película de Zulueta, hemos tenido el placer de conversar con uno de los protagonistas del clásico, el inefable Will More. Presentado por el periodista Juan Zabala, More nos ha ofrecido el coloquio más delirante que la que escribe esto ha tenido ocasión de presenciar. Entre saltos de recuerdo en recuerdo y anécdotas con Andy Warhol o Elizabeth Taylor que nada tenían que ver con lo que se le preguntaba, More nos ha sacado infinidad de carcajadas con sus ocurrencias y su forma de hablar, y de vez en cuando algún comentario sobre su carrera y sobre Arrebato dignos de mención. Will More ha admitido que el personaje de Pedro al que da vida en la película, es un alter ego del propio Zulueta, amigo de la infancia de More y con quien estaba a punto de volver a trabajar cuando murió. More sólo tiene palabras de aprecio y admiración para con su amigo Zulueta (no así para otros compañeros de profesión), a quien considera un adelantado a su tiempo en una época en la que todavía no había irrumpido la tan famosa Movida madrileña.

Firme en su convicción de que sigue vivo sólo por no haber estado enganchado a la heroína, aunque reconoce que por otras causas tendría que estar criando malvas desde hace mucho tiempo, el bueno de Will More está preparando un libro de memorias que se publicará en breve, y en el que, según sus propias palabras, “voy a poner a todo el mundo pingando”. Lo esperamos con impaciencia.

Como impacientes estamos por conocer mañana el nombre de la película ganadora del Premio Rizoma de este año. Os contaremos toda la información sobre ella y sobre el resto de finalistas en el tercer día de festival.

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