26 de abril de 2024

Críticas: Epic. El mundo secreto

Epic

Los creadores de Ice Age vuelven a la carga con una nueva propuesta animada.

Lo que hace que Epic: El reino secreto no vaya a ser recordada, y además se haga aburrida, es el argumento. No sólo es repetitivo el hecho de que la historia se desarrolle en una sociedad diminuta que habita en los bosques, ni que encima el protagonista sea un humano que por una gracia del destino se encoge para llevar a cabo una misión; da la sensación que la trama siga todos los pasos necesarios para que la película sea una copia más, estrenada en verano para entretener a los niños durante unas horas. A esto se le añade la ridiculez del foco de la trama: que un capullo florezca en la luz o en las sombras es lo que salvará la naturaleza y decidirá la batalla entre las fuerzas del bien y de la “podredumbre”. Es decir, no solo es este un argumento gastado si no mal desarrollado; Wedge no ha sabido innovar.

Cabe decir que, pese a todo, el director añade algunos detalles personales que dan frescura al film: los toques de humor que habrán sido una tortura para aquellos que veían un argumento serio y aleccionador eran, para los demás, un alivio entre tanto discurso solemne. Los personajes secundarios creados con el único fin humorístico no solo cumplen con su misión si no que se echan en falta cuando no aparecen en escena. Intentar darle seriedad a este argumento mil veces usado y seguir sus puntos más clásicos no hace más que aburrir todavía más a un público que busca algo diferente y original, que vaya más allá de la corriente película de aventuras con  mensaje de responsabilidad y ecologismo.

Epic 2

De todos modos, es innegable la calidad técnica que presenta la película. Tan sólo con el visionado de la primera escena, una vertiginosa persecución, el espectador se da cuenta que se halla ante un magnífico trabajo de puesta en escena. El hecho de que la historia se desarrolle en un bosque permite al equipo de animación explayarse en cada flor, cada rayo de luz y cada diminuto personaje, creando así un universo precioso y colorido. Y no solo es destacable el inmejorable paisaje de cuento de hadas: la existencia de su contraposición, el mundo gris y siniestro de la “podredumbre”, permite a los animadores crear un impactante contraste que aporta un toque de madurez a la película.

También es obligatorio mencionar, en términos técnicos, la calidad de las escenas de acción y persecuciones. Como se ha dicho antes, los primeros minutos del film consisten en una persecución que deja boquiabierto al espectador. A partir de aquí, todas las escenas de acción, ya impliquen a pocos personajes o a miles de ellos (como ocurre en la visualmente maravillosa batalla final), son de una calidad técnica asombrosa. Este es el punto que compensa, en parte, la falta de originalidad y el simplismo del argumento.

Otro punto a favor que tiene la película es la banda sonora de Danny Elfman. Ya curtido en la temática fantástica al haber compuesto la música para una docena de películas de Tim Burton, además de otros grandes trabajos como en El Indomable Will Hunting, Elfman nos regala una banda sonora que se halla en perfecta armonía con la imagen e incluso aporta madurez al film.

Epic 3

Por otra parte, cabe recomendar el visionado en versión original: Christoph Waltz y Colin Farrell convierten a sus respectivos personajes en algo más que papeles cien veces vistos: los llenan de una personalidad y un carisma dignos de alabar. Se le añade a este genial doblaje el trabajo de Steven Tyler, que aunque al principio parece que solo va a regalarnos medio minuto cantado, acaba por participar de forma más que significativa.

En definitiva: Epic: El reino secreto, cuenta con un bellísimo e impecable trabajo de animación que, por desgracia, no compensa el hecho de que nos narre una historia repetida hasta la saciedad y encima mal reutilizada; los creadores no llegan ni por azar al alto listón que dejaron con Ice Age.

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