20 de abril de 2024

Críticas: La famosa invasión de los osos en Sicilia

Parábola sobre el odio.

La tradición oral ha sido el canal de comunicación más usado para trasladar de generación en generación y de pueblo a pueblo miles de historias de todo tipo: los mitos grecorromanos, los evangelios cristianos, los cuentos populares de la Europa Occidental, las gestas bélicas o los chistes. La cinta animada francesa La famosa invasión de los osos en Sicilia es una reivindicación de este arte mediante una fábula sobre la entente entre dos sociedades distintas, una oda a la paz entre civilizaciones y un alegato contra el odio racial. Todo ello aderezado por una simple, pero bellísima animación tradicional que será caviar para el paladar de todos los fans del cine animado.

Todo empieza con un trovador y su hija entrando en una cueva; el padre cuenta historias a su pequeña, leyendas sobre un tiempo en el que los humanos y los osos convivían en armonía. De repente, un plantígrado enorme aparece ante ellos. Viene a escuchar ese relato, pero también a aportar su punto de vista. Todo parte de un conflicto, la confrontación entre estas dos sociedades antagónicas, los humanos y los osos; y, en toda contienda, hay dos visiones, normalmente, opuestas. Si no es así, al menos, sí complementarias. Así pues, La famosa invasión de los osos en Sicilia es la constatación de que la verdad y el rigor histórico dependen de quién cuente qué y cómo; en la tradición oral es tan importante el mensaje como el emisor.

La película se estructura, por tanto, en dos partes, en las dos historias complementarias: el padre humano y el oso. El cuento que termina en el “fueron felices y comieron perdices” y la continuación más oscura y realista. Aquello conocido y las consecuencias derivadas de ello, obviadas por unos y sufridas por otros. El doble relato funciona tanto para el público infantil, con una comicidad y un sentido de la aventura muy clásico, como para el adulto, sobre todo, por el nivel de subtexto, algo inusual en el cine de animación más convencional. Sin embargo, en La famosa invasión de los osos sicilianos hay distintos planos: un discurso sobre los estragos del colonialismo, un revisionismo histórico muy autocrítico con Occidente, también plantea un interesante debate acerca de la apropiación cultural y la utilización despótica del poder.

El poder como ejemplificación de la corrupción del alma, humana o plantígrada. No hay nada peor que conquistar la posición de superioridad y olvidarse de los orígenes y del largo recorrido de tu pueblo para terminar contaminándote de la peor cara de tus antiguos enemigos. La famosa invasión de los osos sicilianos también incide en el poder de la palabra y de los vencedores y de cómo éstos articulan las historias según sus intereses hasta el punto de convertir una lucha por la igualdad en una fábula Disney. La cara B narrada por el mastodóntico oso aporta una nueva perspectiva a la Historia canónica, una jarra de realidad para la ignorancia que impera en el sistema. La película, al fin y al cabo, fluye de lo infantil en esa primera parte para alcanzar la universalidad en la segunda y, de paso, abordar con inteligencia las sinergias entre relatos e incidir en la importancia de complementar el punto de vista propio.

En definitiva, La famosa invasión de los osos en Sicilia es la joya animada de la temporada juntamente a Las golondrinas de Kabul, que se estrenó la semana pasada en nuestra cartelera.

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