25 de abril de 2024

Nocturna 2014: Día 2

Viy

Casas encantadas, supervivencia y un Lovecraft ruso trucho en la segunda jornada del Nocturna.

Hoy teníamos poco donde elegir para la segunda jornada del festival Nocturna. Por cuestiones de agenda, en la sala 1 de los cines Palafox donde se celebra el certamen sólo se ha podido proyectar una película, con lo cual la única decisión consistía entre ver una cinta china en 3D de la Sección Oficial llamada The Second Coming, o darle otra oportunidad a nuestra querida Sección Dark Visions con Soulmate. Como previsiblemente hemos optado por la segunda opción, según quienes han elegido la primera nos hemos librado de un culebrón antiabortista con posesiones demoníacas de por medio que han levantado carcajadas involuntarias por doquier.

Pero vamos con lo nuestro. La primera película del día como decía ha sido Soulmate, una nueva revisión de la temática de casas encantadas, con un interesante punto de vista que lamentablemente no desarrolla todo su potencial. La historia es como tantas otras que hemos visto en este tipo de películas, una mujer joven que ha perdido a su marido y ha intentado suicidarse al no superar su dolor, trata de recuperarse en soledad alquilando una casa en un pueblecito rural de Gales. Pronto empieza a escuchar ruidos extraños que provienen de una habitación cerrada en el desván, hasta que un día descubre que puede ver al espíritu del anterior dueño de la casa. La originalidad del argumento estriba en que fantasma e inquilina logran entenderse hasta el punto de crearse entre ellos una relación de amistad y convivencia armónica entre los dos. Como si de una nueva versión de El fantasma y la Sra. Muir se tratara, la película de Axelle Carolyn intenta destacar la relación cálida y sincera a la par que imposible de los protagonistas, empleando para ello un tempo pausado acorde con una fotografía tenue que favorece el tono romántico de la cinta. Es cierto que hasta que los dos se encuentran por primera vez, la cadencia con la que narra la estancia de Audrey, que es como se llama la protagonista, puede resultar tediosa pero sin embargo esa monotonía es necesaria para entender el estado depresivo en el que se encuentra, y a su vez para observar el cambio que se produce en ella con la presencia de Douglas, su compañero espectral. Soulmate funciona perfectamente cuando están en pantalla los dos cohabitantes de la casa, su relación está contada con tal fluidez que es imposible no creérsela, pero no todo podía ser tan bonito. Cuando parece que estamos ante una película de fantasmas diferente, su director y guionista decide que éstos siempre deben tener un pasado secreto y peligroso vinculado a vecinas irritantes, con lo que acaba siendo en sus últimos minutos un pastiche sobrenatural y relamido que nos deja otro día más con la sensación de que esto no avanza.

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Soulmate

Y quien iba a decir que después de la cuarta decepción del festival, la Sección Oficial nos iba a levantar el ánimo y las esperanzas de disfrutar de verdad del género fantástico y de terror. Beneath cuenta, inspirándose en hechos reales, la tragedia de 6 mineros y la hija de uno de ellos que se quedan atrapados cuando se viene abajo uno de los muros de contención de la mina. Cuando tres días después el equipo de rescate pudo por fin taladrar hasta donde estaban recluidos, lo que encontraron fue una masacre y a un único superviviente. La película retrocede a cuatro días antes para contar de manera cronológica todo el desarrollo de los acontecimientos, y cómo desde que se quedan atrapados comienzan a notar unas presencias que tratan de impedir que sigan con vida. El director Ben Ketai dirige una cinta angustiosa, claustrofóbica y terrorífica con una factura más que correcta para un argumento que también ha sido llevado al cine en numerosas ocasiones, lo que no es óbice para que Beneath enganche y sorprenda de principio a fin. Se agradece también que no intente introducir tramas secundarias más allá de la obvia entre padre e hija, y que tras una breve introducción para situarnos, la historia vaya directamente al meollo de la cuestión, es decir, a la lucha por la supervivencia de estas personas en constante conflicto consigo mismos y con quienes, o con lo que, está acabando con ellos uno por uno. Para mantener el suspense, Ketai nunca deja claro si lo que viven es fruto de su imaginación, de la locura transitoria que pueden padecer por los gases de la mina o directamente de fuerzas sobrenaturales que habitan a 600 metros bajo tierra. Nocturna arranca de verdad con Beneath.

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Beneath

Y llegó el colofón. El esperadísimo record absoluto de taquilla en Rusia, los “ocho apellidos cosacos” para que nos entendamos. Y es que Viy, que así se llama la última película que hemos visto, ha sido todo un fenómeno de masas en su país, tanto que es Universal quien la distribuye (ups, como el fenómeno de masas en España, ¿casualidad?). Parece que la maldición de las películas rusas en Nocturna no se quedó sólo en los tres días que tuvimos que esperar el año pasado para poder ver Meteletsa, y aunque Viy sí hemos conseguido verla entera (no sin grandes esfuerzos por nuestra parte), también hemos sufrido problemillas técnicos durante su proyección. A la falta de subtítulos que han provocado que tuviera que volver a empezar, y a la inexplicable ausencia del 3D con el que se promociona la película, se ha sumado un extraño fenómeno denominado traducción simultánea en varias escenas. Me explico, Viy se desarrolla en Rusia, pero también hay una parte que se ambienta en Inglaterra y en estas escenas hemos estado escuchando a los actores en la pista original con sus voces en inglés y superpuesta otra pista con sus voces dobladas al ruso. Podría perdonársele el error, al fin y al cabo como nos explicaron los responsables de Nocturna en la rueda de prensa, algunas de las películas que se proyectan han llegado con el tiempo justo sin ni siquiera dar opción a comprobar su estado. Podría perdonarse repito si no fuera porque las dos horas y siete minutos que dura la película son un amasijo de personajes y situaciones que hasta bien entrada la película, por no decir ya en su parte final, son incapaces de generar ningún tipo de interés en el espectador. Una sucesión de historias fantásticas de brujas, clérigos radicales, monstruos de siete cuernos, diablos y seres sacados de las historias de Lovecraft (pobre Lovecraft), aparecen y desaparecen sin ton ni son, con un montaje tan incomprensible que uno no es capaz de adivinar de qué va exactamente la película. Basada libremente en un relato de Nikolai Gogol (pobre Gogol), es como digo casi al final de la película cuando logramos encontrar una coherencia en el argumento, al menos para no salir de la misma manera de la que habíamos entrado. Hay que destacar no obstante la realización técnica de la cinta rusa que, aunque toma prestados todos los recursos estilísticos y estéticos del mundo, desde Tim Burton hasta Terry Gilliam pasando por el steampunk, los combina mucho mejor de lo que lo hace con el montaje de sus escenas.

Viy
Viy

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