Dramas, censuras y buenas noticias en el penúltimo día del FICX.
Hoy tenemos motivos de sobra para estar contentos con la penúltima jornada del FICX. Por una parte, en cuanto a películas se refiere, hoy ha sido uno de esos días en los que con cada cinta que veíamos subía el nivel y por extensión se nos hace más duro pensar que, ay, sólo queda un día para que acabe. Y por otro lado, la noticia del día es la continuación de la sección Convergencias al menos para el próximo año. Una sección que nació para aunar a la crítica con el público, y que en su primera edición ha rebosado calidad y ha obtenido el éxito tanto de unos como de otros que se merecía, y que hoy llegaba a su fin con la proyección de la última película seleccionada para ella. El periodista que dirige y presenta el programa de cine radiofónico El séptimo vicio en Radio 3 de Radio Nacional de España, Javier Tolentino, ha elegido la que para nosotros es la película más impactante de todo el festival, la iraní Manuscripts don’t burn.
El hecho de que una película no tenga títulos de crédito finales por el miedo del equipo completo a la censura y a las consecuencias que aparecer en un film como este pueda tener en su país, ya da una idea de lo aterrador que puede ser lo que cuenta. Únicamente el director y guionista Mohammad Rasoulof, aparece en la ficha técnica de Manuscripts don’t burn, una película de la cual se podría hablar largo y tendido tanto sobre la película en sí como sobre las implicaciones que tiene. El film hace una crítica feroz y sin autocensura sobre la censura, valga la redundancia, de la información y la libertad de expresión que existe en Irán y las duras represiones que conlleva el publicar escritos contrarios al régimen que gobierna el país. Es un escritor, un poeta, el que en la película es el objetivo del acoso por parte de las fuerzas del régimen, que utilizan a torturadores y asesinos a sueldo para evitar que sus escritos vean la luz. Pero el director no sólo muestra la crítica unilateralmente de parte de los intelectuales reprimidos, sino que también la lanza contra la precariedad social que viven los ciudadanos, humanizando a los asesinos con los que el público en algunos momentos puede sentirse de su lado. Manuscripts don’t burn es drama social, thriller político y cine negro sin que en ningún momento nada de eso desentone en una película que golpea al espectador sin concesiones, y que además está basada en hechos reales, lo cual es aún más estremecedor.
Asimismo desde Irán, en la sección oficial hemos visto un drama también terrible, pero este centrado en un ámbito más íntimo. Una nueva vida en Australia espera a una pareja iraní en cuestión de horas. Todo está empaquetado y resuelto salvo un pequeño favor al que han accedido confiados de que sólo les quitará a lo sumo un par de horas sin que ello repercuta en sus planes. Un suceso tan simple como inesperado y sumamente trágico a la vez les obliga a tomar decisiones erróneas por puro nerviosismo, que se van acumulando hasta crear una pelota enorme de mentiras de la que es muy difícil salir. El director Nima Javidi encierra a sus dos protagonistas en un único escenario, el piso que deben abandonar, y con una carga moral debido al peso de la culpabilidad que sienten por el incidente, creando una sensación de ahogamiento físico y mental en los personajes que se agrava por el incesante ruido de fondo de los teléfonos y las visitas que impiden que puedan pensar con claridad. Melbourne parte de un planteamiento muy interesante que mantiene bien la tensión, pero que se muestra demasiado sobria y en ocasiones repetitiva, a pesar de que la historia pide más turbiedad.
Pero como no sólo de dramas vive el FICX, os hablamos también de una comedia uruguaya que nos ha dejado un muy buen sabor de boca, El 5 de Talleres. El Club Atlético Talleres de la población argentina Remedios de Escalada, es uno de los clubs de fútbol más antiguos del país andino y con una de las aficiones más numerosas y entregadas aun estando actualmente en Primera C, la cuarta categoría del fútbol argentino. Uno de sus centrocampistas más reconocidos fue Sergio Bonnassiolle, Patón, al que la película de Adrián Biniez homenajea convirtiendo su figura en el personaje principal de El 5 de talleres. Protagonismo que comparte con su mujer en la ficción en este extraño biopic del futbolista, extraño por el hecho de no contar el auge y caída de un ídolo como suele ser habitual en estos casos sino por la decisión del director de convertirlo en una especie de comedia de lo cotidiano de un matrimonio a partir de la decisión de Patón de abandonar el fútbol después de ser sancionado varios partidos por una entrada a un jugador de otro equipo. La pareja formada por Esteban Lamothe y Julieta Zylberberg derrochan naturalidad y una química entre ellos propia de dos personas que también se conocen muy bien fuera de las pantallas, en una película simpática que habla sobre las responsabilidades y la necesidad de afrontar el mundo adulto y las consecuencias que ello conlleva.
