Nos despedimos del FICX por este año.
Termina el Festival Internacional de Cine de Gijón que este año, tal y como os hemos venido contando, ha ido de menos a más en cuanto a la calidad de las películas que, salvo muy pocas excepciones tanto para bien como para mal, ha mantenido un nivel bastante aceptable por lo general. Una de nuestras favoritas de la sección oficial, Titli, ha sido finalmente la ganadora del Premio Principado de Asturias al mejor largometraje, así como su actriz protagonista Shivani Raghuvanshi se ha alzado con el de mejor actriz. Con dos galardones también se han ido la iraní Melbourne y la polaca Life Feels Good, en un palmarés bastante consecuente con las reacciones que hemos observado entre el público y la crítica, salvo la sorpresa que ha dado Fuego al alzarse con el premio del público a la mejor película de la sección oficial.
Os dejamos el palmarés completo de la 52ª edición del FICX y nuestro Top 5 personal:
- Premio Principado de Asturias al mejor largometraje: Titli (Kanu Behl)
- Mejor Director: Nima Javidi (Melbourne)
- Mejor Actor: Dawid Orodnik (Life Feels Good)
- Mejor Actriz: Shivan Raghuvanshi (Titli)
- Mejor Guión: Melbourne (Nima Javidi)
- Premio Gil Parrondo a la major dirección artística: Life Feels Good (Maciej Pieprzyca)
- Premio Especial del Jurado: Xenia (Panos Koutras)
- Premio ANIMAFICX: Song of the sea (Tomm Moore)
- Premio DOCUFICX: No Land’s Song (Ayat Najafi)
- Mención especial DOCUFICX: El misterio del rey del cinema (Elio Quiroga)
- Premio FIPRESCI: Party Girl (Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Theis)
- Premio Tierra Astur Gran Angular Asturias: Por la puerta grande (Asur Fuente)
- Premio CAJASTUR LIBERBANK del Jurado Joven a mejor largometraje: Melbourne (Nima Javidi)
- Premio del público sección oficial: Fuego (Luis Marías)
- Premio del público sección Rellumes: Traitors (Sean Gullette)
- Premio del público sección Gran Angular Ficción: Samba (Olivier Nakache y Eric Toledano)
Nuestro Top personal:
- Manuscripts don’t burn (Mohammad Rasoulof) – Convergencias
- Respire (Melanie Laurent) – Convergencias
- Titli (Kanu Behl) – Sección Oficial
- Les Combattants (Thomas Cailley) – Sección Oficial
- Cold in July (Jim Mickle) – Géneros Mutantes
Pero además del palmarés, el último día todavía hemos tenido tiempo de ver alguna que otra película antes de despedirnos por completo del festival. La primera ha recibido el premio del público de la sección Rellumes, la coproducción entre Marruecos y Estados Unidos Traitors, que hace alusión al nombre del grupo de punk rock de unas chicas marroquíes que ambiciona grabar una maqueta para poder salir de su país. Malika, la líder del grupo, tiene problemas económicos en su casa y necesita dinero para poder grabarla, por lo que recurre a un traficante de hachis para trasladar en coche un cargamento de droga. Sean Gullete, el director de Traitors, realiza una película que va de más a menos en dos partes muy diferenciadas en cuanto a la posición moral que imprime a cada una de ellas y que afecta a la credibilidad de ambas. Mientras presenta un Marruecos rebelde reflejado en estas chicas y en su música al principio, acercándose a la turbiedad de los bajos fondos y las mafias del narcotráfico en las que se ve inmersa la protagonista en su primera mitad, en la segunda adopta una posición totalmente moralizante sobre el mundo de las drogas y que resuelve con un happy ending sin consecuencias muy difícil de creer. Toda la realidad que intenta mostrar al principio se pierde cuando opta por convertir el film en un thriller sin ningún tipo de veracidad a pesar de utilizar el recurso de la cámara en mano, que en ocasiones molesta y marea más que causa la sensación de realidad que pretende.
Y si Traitors daba en algunos momentos vergüenza ajena, no menos la daba la película que clausuraba el festival, la belga Halfway. La película de Geoffrey Enthoven es de aquellas que suelen pasar en televisión un domingo por la tarde para intentar echarse la siesta, del bloque perteneciente a casas encantadas. Un arquitecto en pleno trámite de divorcio compra una casa para empezar de cero y crear su propia empresa freelance, pero la casa tiene un habitante inesperado: su antiguo dueño que se suicidó en la bañera y por tanto se pasea por allí en calzoncillos y con una toalla al cuello. Ya sólo por ese detalle entendemos que estamos ante una película que no nos va a dar sustos, que casi hubiera sido preferible, sino que va a optar por el camino de la comedia sin gracia salpicado por momentos dramáticos que sí la tienen, aunque no sea esa la intención. Una película algo extraña para la clausura de un festival que ha estado marcado por los dramas, y que resulta totalmente prescindible.
Dos películas para olvidar en este último día de festival, pero que dieron paso a una noche de despedidas para recordar durante mucho tiempo. Y es que, como decimos siempre, lo importante de un festival de cine está detrás de todo ese cine que se ve. Está en una organización que se ha portado maravillosamente bien con nosotros; en una ciudad preciosa y amable donde nos han hecho sentirnos parte de ella; y por encima de todo, en unos compañeros con los que nos hemos reencontrado y en otros a los que hemos conocido aquí, cuya compañía ha sido lo mejor que nos llevamos de este festival. Con inmensas ganas ya de repetir el año que viene.