Llegamos al ecuador de la mano de El país del miedo, Requisitos para ser una persona normal y Gente que vive fuera
Cuatro días llevamos y cuatro días quedan para conocer el palmarés y cerrar una nueva edición del Festival de Cine de Málaga. La jornada que dejamos atrás tuvimos una buena dosis de angustia, alegría y momentos para la reflexión.
El país del miedo toma como base la novela del mismo título escrita por Isaac Rosa en 2008. Siete años han tenido que pasar para llevar esta idea a la gran pantalla a pesar de que no se trata de una gran empresa, triste indicativo de la dificultad a la hora de sacar adelante proyectos con un fondo detrás que pueda animar a los productores. Franciso Espada debuta en la dirección para dar forma a una historia terrorífica sobre los miedos internos, jugando con un texto realmente interesante: Carlos es un padre de familia conservador que comienza saboreando las mieles de la impotencia cuando su hijo es acosado en la escuela por una chica de 13 años y que se desmorona cuando él se convierte en el extorsionado por la joven. Aunque durante la primera mitad de El país del miedo el foco se desplaza entre la mujer y el hombre, la esposa del protagonista acaba desapareciendo por completo de la trama, lo que resulta bastante extraño pues no comprendo para qué nos han puesto en dicha situación. La réplica con su cuñado policía acaba siendo demasiado exagerada, creando un lienzo simplista en el que sólo tienen cabida ovejas y lobos, a lo que sumar que la factura y decisiones de dirección están por debajo de esa materia prima. Si podemos destacar en algo a esta cinta por encima de otras es por el gran papel de José Luis García-López, que se mete en la piel de ese hombre atrapado en una pesadilla de la que no sabe, no quiere o no se atreve a salir.
La ambición de Leticia Dolera no es la de Riggan Thompson en Birdman, en la que el personaje de Edward Norton le acentúa con cierta sorna sus propósitos al adaptar, dirigir y protagonizar su obra. La actriz, por elegir el calificativo por el que es más conocida para comenzar, ha escrito y dirigido Requisitos para ser una persona normal, una suerte de decálogo de autoayuda que, oh sorpresa, se revela como un canto a la diferencia. No deja de resultar irónico que se acentúe éste campo y que la película sea un compendio de referencias marcadas por su fuerte carácter, que acaban ahogando casi todo lo que Dolera pudiera mostrar de su mundo propio. Wes Anderson, Amelie, comedias de Woody Allen… Todas han creado estilo y la realizadora los elige para aplicar su guion, entreteniendo si el texto está al nivel, que a veces sí y a veces no lo está, pero que no va más allá. En su esfuerzo por retratar a los inadaptados exagera y fuerza la rueca hasta difuminar el propósito en sus formas fantasiosas. El delgado equilibrio de Requisitos… se escapa por poco pero al menos nos ha contentado viendo de los días que veníamos. La recepción invita a pensar que puede llevarse el premio del público y por qué no aspirar a más.
Nunca le agradeceré lo suficiente al Festival de Málaga poder ver toda una pantalla de cine inundada por la cara de Jiménez Losantos. Al margen del momento bizarro, el pase especial de la sección documental nos traía Gente que vive fuera, documental que alterna cortes de cuatro entrevistas a diferentes personalidades catalanas que abandonaron Cataluña ante la situación del nacionalismo independentista y que son cuestionados por Arcadi Espada, el periodista que se estrena en la dirección. Sus decisiones no van más allá de incrustar planos a cámara lenta para incitar a la reflexión de lo escuchado pero el documento discurre por las diferentes visiones del conflicto en general y otras se centra en la anécdota concreta. Hay que reconocer el magnetismo del célebre locutor para hacernos sentir cosas, aunque la mayoría sean para destrozarnos los nervios mediante comentarios extremos como en su primera intervención: «No vuelvo a Barcelona porque me da asco». Con las cartas por delante. El escritor Félix de Azúa, el filólogo Xavier Pericay y el actor Albert Boadella completan la terna. El interés que pueda surgir por esta cinta debe proceder de las opiniones que vierten dicho cuarteto en base a su experiencia y a las preguntas realizadas que nunca escuchamos.
