24 de abril de 2024

Festival de Toronto 2021: Crónica 2

Inexorables seres solitarios.

Segunda crónica torontiana, que van a perdonar nuestros lectores que no haya llegado antes, pero se unió Toronto con Sanse, el trabajo con las vacaciones y el simple placer cinéfilo se fue cargando de todas las crónicas que aún debía, pero ya estoy predispuesto a saldar la deuda conmigo y por supuesto con esta web y con vosotros.

Empezamos con lo nuevo de Fabrice Du Welz: Inexorable, también en la sección oficial de Sitges de este año. Cuidado con el belga Fabrice Du Welz porque con pocas películas, entre las que destacamos su anterior Adoration, ha sabido dejar su impronta y su sello personal. En esta ocasión seguimos las andanzas de un escritor famoso en su retiro familiar para conseguir inspiración para su siguiente obra. La visita de una joven con inquietudes extrañas y perversas perturba no solo el ambiente familiar, sino también al espectador. No sé por qué pensaba en En la casa de François Ozon, cuando lo más normal es que no surgieran ni las conexiones ni las sinergias. Pero todo está contado como un cuento, esta vez de terror disfrazado de thriller y además esa mansión ejerce de nuevo de personaje, de testigo de los infortunios y las retorcidas situaciones de la musa voyeur, instigadora y enigmática. Gran fotografía y, aunque menos ostentosa la dirección que otras veces, parece un producto menor en su cine pero, cuidado, porque tiene muchas aristas y caminos.

La hija

Manuel Martín Cuenca al que tuve la oportunidad de entrevistar y conocer tras Caníbal y con el que tenemos una conexión especial tras esa película que nos confirmó que otro cine español era posible, La mitad de Óscar, presenta La hija, protagonizada por una joven debutante y por una pareja de sufridores impotentes Patricia López Arnaiz y Javier Gutiérrez. La banda sonora está compuesta por Vetusta Morla y la película llegará a los cines en noviembre, después de pasar por la sección oficial de San Sebastián, eso sí, fuera de concurso, que algún día me lo explicarán, porque sigo sin entender estas cosas. La película recoge los testigos de las cosas magníficas del cine de Martín Cuenca pero también sus defectos más pronunciados. A los que hay que sumar la poca química entre su pareja protagonista, que puede ser también más provocada como fallo de guion que como dirección de actores o interpretación. Sus personajes en papel estoy seguro que tampoco resultan creíbles. Ese es uno de sus peores defectos. La película juega en el limbo de lo humano, las emociones pero exagerándolas hasta el paroxismo. No es, de lejos, lo mejor de Martín Cuenca pero puede ser, de lejos, de lo mejor del cine español de este año. Lo que no deja de dar voz a un, creo, preocupante estado general de nuestro cine a nivel generalista.

Para terminar esta segunda crónica deseo hablaros de una película muy pequeñita llamada Aloners , que viene de Corea del Sur y que dirige la debutante Hong Seong-Eun y protagoniza con atino Jeon Da-Eun. Sabe ahondar en conflictos humanos y en sensaciones de rebaño en las condiciones laborales del liberalismo exacerbado y sobre todo en la necesidad de encontrar conexión con alguien para no darse por vencido en el huracán social y personal. Vivir pero compartiendo para que la rutina no sea tan tediosa, aburrida e incluso dolorosa. Bonito guion e interpretación protagonista para una película que ya hemos visto, pero que nos conmueve. Participa a su vez en la sección Nuevos directores de San Sebastián.

Aloners

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *