25 de abril de 2024

Berlinale 2014: Día 3. Pelis de ésas y de las otras

En la tercera jornada de la Berlinale analizamos la tipología festivalera.

Die geliebten Schwestern

Ya tenemos nuestra peli «de ésas» de la Berlinale de este año, y es que no hay Festival en el que no aparezcan, de hecho debemos decir que son necesarias al igual que el viento del nordeste en el febrero gijonés o el colesterol en el grasiento kebap de la esquina. Una peli «de ésas» no puede ser medida bajo los patrones tradicionales de bien o mal, en realidad se ríe en la cara de dichas clasificaciones clásicas, su reino no es de este mundo. La susodicha la firma Dominik Graf y lleva el alentador título de Die geliebten Schwestern aunque quizá el Instituto Goethe prefiera que utilicen el nombre internacional: The beloved sister por aquello del respeto idiomático. Las pretensiones no son pequeñas porque se trata de recrear la vida de uno de los más prestigiosos literatos alemanes de todos los tiempos, Friedrich Schiller y más concretamente de su (presunta) relación a tres bandas con su esposa Charlotte von Lengefeld y la hermana de ésta, Caroline. Un alegre menage a trois sin ningún viso de fidelidad histórica. El caso es que muy pronto nos damos cuenta que algo no va exactamente bien en la película, que algo huele a podrido en Weimar… quizá la absurdamente persistente voz en off, empeñada en describir cada pequeño detalle de la historia sin necesidad aparente de ello, o tal vez los bailongos y photoshoperos intertítulos aclaratorios cuyos meneos uno sigue por la pantalla temiendo un posible trance hipnótico por su movimiento de lambada… y luego los personajes secundarios que desparecen sin más para resurgir dos horas después sin necesidad y… esperen un momento, no, no es una errata, he dicho dos horas pero la magia o lo que sea esto dura tres, que no es que nos importe así en general pero en este caso es otro elemento que añadir al proceso degenerativo, al final cuando las luces de la sala se encienden hay miradas de pasmo entre los más novatos y guiños entre los más curtidos y es que sí, ya tenemos nuestra peli «de ésas».

The better angels

The better angels venía avalada, entre otras cosas, por la producción de Terrence Malick y, a fuerza de ser malpensados, tendemos a pensar que el autor de The thin red line o Badlands no se ha limitado a ejercer como mero aval del proyecto sino que ha impuesto una línea de estilo ajustada a lo que acostumbramos a ver en su cine y es que todo en la película respira a «malicknismo», desde su forma de narrar con una sucesión casi continua de planos detalle o con esos travellings en los que la cámara orbita alrededor de las personas que filma hasta esa extraña mixtura entre panteísmo y cristianismo al uso que hace exaltación de la comunión entre el hombre y la tierra que pisa. En realidad forma y fondo cohabitan para lanzar un discurso único, humanista y elevado, a veces pareciera que ésa es la causa que el tiro de cámara siempre se sitúe en un leve (y a veces acusado) ángulo contrapicado, como si el autor (A. J. Edwards, por cierto) tuviera tanta veneración por quien retrata en lo individual (un infantil Abraham Lincoln) y en lo colectivo (el ser humano en su concepto más global) que fuera incapaz de mirarlo frente a frente. Pues eso, que tenemos una Malick movie con todas las de la ley, ya saben adoradores y jeiters a qué atenerse.

Blind dates

Y, al igual que decíamos que en los festivales hay pelis «de ésas» también por fortuna hay pelis «de las otras», obras de las que carecemos de referencia pero que acudimos llamados por una señal instintiva que vaya usted a saber de donde viene y que, oh maravilla, se convierten en clásicos instantáneos de nuestra memoria. Ése es el caso de Shemtkhveviti paemnebi o Blind dates si prefieren el título internacional (que creo que va a ser que sí). Cine georgiano del que no tenemos demasiadas referencias más allá de la figura de Otar Iosellani pero gran cine, créanme, cine divertido y cercano, cine que busca el humor en ese drama cotidiano que es la propia vida con lo que al final uno no sabe exactamente si debe reír o llorar, cine honesto en definitiva. Para ver pelis «de las otras» venimos a los festivales y se lo contamos, atrévanse ustedes también a descubrirlas y verán como hay cine más allá del que nos invade y nos convierte en monocromos cada semana, palabra de boy scout (?).

Un pensamiento en “Berlinale 2014: Día 3. Pelis de ésas y de las otras

  1. Levan Koguashvili es el director georgiano. Sólo escucho cosas buenas de él desde que estrenara Street Days hace 4 años. Aunque buscando info, me sale que la nueva peli se llama Brma Paemnebi, pero bueno, en la página del festival de Berlin la llaman así. A ver si se aclaran.

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