19 de abril de 2024

Críticas: Tintín y el secreto del Unicornio

Tras su paso por multitud de géneros, Spielberg se aventura con uno prácticamente inexplorado por él: la animación. Y es que, desde el terror (Tiburón) hasta la comedia (1941), pasando por el drama (El color púrpura), la ciencia ficción (Encuentros en la tercera fase) e, incluso, otros más minoritarios como el cine bélico (Salvar al soldado Ryan), el cineasta judío no parecía haberse atrevido (por lo menos en cuanto a dirección se refiere, ya que había producido películas como las de Fievel, la mixtura entre animación y real ¿Quién engañó a Roger Rabbit? o, incluso, la serie de dibujos Tiny Toons) con un panorama que, en los últimos tiempos, está siendo explotado y aprovechado de lo lindo por productoras como Pixar y Dreamworks, o cineastas como Hayao Miyazaki.


Sus créditos iniciales funcionan como buen anexo entre el mundo del que salió Tintín (el del cómic) y la propia película, y son el preludio ideal, por tono y forma, para dar pie a un arranque verdaderamente fabuloso donde Spielberg nos regala algún que otro guiño a pocos minutos del comienzo, y demuestra tener la suficiente perspectiva como para trenzar una presentación de personajes lo suficientemente ágil para que no destape las virtudes de un inico que las tiene, y a puñados. Ya partiendo de una animación realmente portentosa, la imaginería del mundo de Tintín, que está trasladada con un cuidado y con un mimo especiales a la pantalla, el inmenso talento visual de un Spielberg que sabe atar el más leve detalle con recursos de verdadero genio.

De este modo, el universo del personaje creado por Hergé, es condensado en un relato tan ágil y tan brioso, que incluso muchos se sorprenderán del hecho de que siga respetando al original sin poder realizarle grandes achaques, y deje como testamento unos primeros 45 minutos absolutamente espectaculares, a los que pocos reproches se pueden hacer, y que además logran presentar tanto conflicto como personajes con una pericia digna de alguien como el que firma la película, y del que siempre se ha esperado algo así.


Por desgracia, y como en un partido de fútbol, una película son más de 45 minutos (en éste caso, unos 100), y resulta verdaderamente paradójico, que con la aparición de uno de los personajes que más empaque dan al film (junto a la dupla Dupont/Dupond -lo siento, eso de Fernández-Hernández nunca irá conmigo-), éste empiece a caer en un punto de no retorno al que nunca se debió dirigir, y que no es otro que la espectacularización a cualquier precio, de un producto que resultaba mucho más que satisfactorio tal como estaba. Quizá su primera escena rimbombante, proviniente de la imaginación de ese personaje (que no es otro que el Capitán Haddock, por si alguien aun tenía dudas), esté enteramente justificada debido a que no es más que un delirio propiciado por una serie de factores y, por ende, no llega a romper el tono ni descuadrar completamente dentro de la cinta. Sin embargo, y por más que me pese, todo lo que viene a continuación en cuanto a escenas de acción se refiere, sí es un auténtico delirio (y no por parte de ningún personaje) que termina dejando en agua de borrajas un primer tramo portentoso. Y sí, puede que sea un delirio verdaderamente espectacular, donde el tratamiento visual y lo imaginativo de éste vuelven a ofrecer destellos impecables, pero la cuestión es que ni cuadra con lo anteriormente narrado, ni se ciñe a un original que con tanta delicadeza había tratado al principio.

No obstante, y una vez aparecen los créditos finales uno sólo puede pensar que, en realidad y con los miedos que había generado (por lo menos, en servidor), el resultado general no es malo en ningún sentido, más bien al contrario: sabe combinar con humor, inteligencia y ritmo unas peripecias que, pese a que en algún momento se le vayan de las manos, siempre proporcionan un espectáculo dinámico y eficiente que conquistará a todos aquellos que disfruten del cine de aventuras pasado de rosca (no llega al nivel de la infumable Indiana Jones y la calavéra de cristal, sino que más bien recuerda a los tramos más moviditos de aquella joya llamada Wallace & Gromit: La maldición de las verduras, por su modo de rizar el rizo con tanta elegancia y algo menos de frescura) y, como decía, de una animación que parece no haber tocado techo todavía, pero sorprende y resultará un auténtico caramelo para los fans del género (y los que no, para qué mentir) que vayan predispuestos a pasarlo bien.

9 comentario en “Críticas: Tintín y el secreto del Unicornio

  1. De acuero con Caith, además de que tampoco es que sea un terreno virgen el que pisa Spielberg, habiendo hecho las cuatro de Indiana Jones. Lo que veo que no le cuadra a Grandine es el tramo más de acción que, vaya, siendo Spielberg, presuponía que iba a contener, pero que es verdad que son totalmente ajenos (supongo, que no la he visto) al cómic. Respecto a eso voy curado de espanto. Otra cosa es que no ligue bien con el planteamiento de la aventura, que esten mal enlazadas las dos partes, ahí ya no me meto, al menos hasta que la vaya a ver, que espero sea mañana.

  2. Cierto, la animación es un arte completamente distinto y lejano al cine. Deberían proclamarlo 8º Arte, de hecho. En fin… dejaos de pamplinas, y para otra, os leeis la definición de género.
    Ah, y creo que se entiende perfectamente a que me refiero cuando digo que trabaja en un nuevo terreno, Sito (vamos, que no es lo mismo rodar capturando el movimiento, que como lo había hecho en otras ocasiones). No es necesario buscarle los tres pies al gato.

  3. La animación no es un género. Es tan género como lo es el "blanco y negro" o el "technicolor". La animación no se rige por códigos de ningún tipo, no hay ni una sola película de animación que no utilice esquemas de otros géneros de verdad. "Mary and Max" es un drama, "Akira" es cyberpunk, "Pesadilla antes de navidad" es un musical, etc. Otra cosa es que por simplificar se le considere un género… pero no lo es.

  4. Acabo de leerlo en la capapedia y sí, pone a la animación como género xD. Vale, de acuerdo, yo con género suelo entender lo que se refiere a temática, estilo, tono y todas esas cosas, no al soporte de la peli. Obviamente que en cuanto a la tecnologia es radicalmente distinta la animación, y más la de este tipo.

  5. Sólo con las fotos que ilustran esta crítica ya quedo embobado. Puede ser algo muy grande. Debe serlo, cuando Grandine le da su beneplácito tras haber fusilado sin piedad al último Indy 🙁

    Me pensaré incluso probar por primera vez con las putas gafitas 3D.

  6. Bueno, paso de continuar el debate éste sobre el género, y menos con Caith. Para mi lo es puesto que tiene unas características específicas (más allá del relato en sí) que la hacen diferenciarse de los demás.

    Nachete, no cité el 3D, y no fue por casualidad. Ve a verla, pero a palo seco, que vaya telita con el 3D…

  7. La vi el sábado y me gustó mucho. También creo que la 2ª parte no es tan buena como el inicio, pero tampoco me parece horrible. Haddock es muy grande!

    El 3D es bastante indiferente. Empiezo a pensar ya que esto es un timo de puta madre! xD

    Y respecto al debate de la animación, obviamente me da igual lo que diga la capapedia. Para mí tampoco es un género, por las razones que dice Caith. La animación solo es un elemento técnico.

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