25 de abril de 2024

Los Soprano: sólo se puede confiar en la sangre

Esta entrada tiene varios spoilers y comenta por encima algunos detalles de la serie, no es una reflexión lúcida sino la exaltación de un fan empalmado que simplemente pasa por encima sobre todo.

Tony Soprano está deprimido ¿qué le pasa a Tony? ¿Será su sobrino yonki? ¿Será el temperamento de Paulie? ¿Será que no le gusta como Silvio imita a Marlon Brando? Y para colmo después tiene que soportar otras cosas como a la tarada de su madre, que su hija salga con negros, que su hijo sea un soberano inútil, la irrupción de su hermana liándose siempre con el tipo menos indicado, hasta que encuentra a Bobby, o que Carmelita tenga la mano muy larga y conozca a la perfección los escondrijos donde Tony guarda el dinero. Tony Soprano está solo pese a estar rodeado de gente donde se maneja a la perfección haciendo unas barbacoas del carajo. Y cada vez siente más esa soledad, se ahoga en ella.

Su mejor amigo es Artie y quizá sea el carismático cocinero el personaje más tronado de todos, Tony se lo podría haber cargado varias veces para luego darle placer a su mujer Charmaine, todos están encantados con los pechos de esta mujer. Eso le hubiera gustado, seguro. Lo único que le sirve sus visitas a la psiquiatra es para dos cosas: volver a casa más caliente que una mona porque lo que realmente quiere es una buena dosis de sexo con la doctora Melfi y volver muy quemado porque la doctora tiene la habilidad de poner muy nervioso al señor Soprano.

Ni siquiera tener amantes como Valentina, quitándosela incluso a Ralph con lo que eso conlleva, Gloria (me pongo en pie para escribir el nombre de Annabella Sciorra) o la rusa coja y su prima le sirven para descargar toda su furia interior. En el fondo, Tony sigue siendo un niño en el cuerpo de un adulto. No duda en pinchar a quien le haga falta hasta el límite con la ventaja que sí le responden mal, él te puede acabar pegando un tiro. No tiene reparos en joder a un policía después de ponerle una merecida multa hasta que lo degradan y puede ir a echárselo en cara entre unas buenas risas. Ni tampoco duda en tomarse como algo personal la muerte de un caballo a manos de un señor que tiene a su hijo grave en el hospital.

Pero si Tony está mal, imaginad los demás personajes. Christopher está tan drogado que no duda en intentar montarse un trío con su novia y con una agente del FBI, por no mencionar su sorpresa tras quitarle el peluquín a Ralph. Y su relación con Paulie es de lo más peculiar. Nunca se sabe cuando se van a pegar un tiro o cuando van a acabar fundiéndose en un abrazo. Están más cerca de lo primero. A la madre de Paulie ni tocarla, la pobre bastante tiene con soportar las bromas de Ralph. De las que tampoco se libra la mujer de Johnny Sack. El tío Junior es mucho más peligroso con Alzheimer que estando lúcido. A Phil Leotardo no le gustan los homosexuales y menos si forman parte de su familia. Furio echa de menos la bella Italia. Bobby sigue disfrutando con juegos de trenecitos para niños. A Silvio no le toquéis las pelotas con Cristóbal Colón. Al puto Tony Blundetto le llamaban Ichabord Crane, eso sí que es para deprimirse. Y el gato sigue mirando la imagen de Christopher. En fin, que decir, una gran familia.

Y el espectador sigue echando de menos ese cuadro de Tony con su caballo que acabó decorando la casa de Paulie hasta que el primero lo descubre.

4 comentario en “Los Soprano: sólo se puede confiar en la sangre

  1. Pedazo de seriazing, brutalérrima. Nunca vi la última temporada, me quedé acabando la penúltima y hasta ahí, pero algún día la retomaré. Bien lo merece la seriazing.

  2. No creo que nunca, del par de veces que la he visto (en breve caerá la terera) hubiera podido dejar esta serie a mitad o sin terminar. Como dijo alguien una vez…heroína pura.

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