La vida a 5 nudos, Out y El hogar al revés: triplete documental para la tercera jornada
Ni en la Oficial, ni en Zonazine encontramos la más mínima expectativa cumplida por lo que decidimos movernos a la sección Documental en sus tres vertientes: especial, cortometraje y oficial. Tres de ellos para una tarde de lunes en la que no cejamos en nuestro empeño de reconciliarnos. Pero no pudo ser, aunque hay que reconocer que no se ha repetido el desasosiego de los días que quedaron atrás y preferimos no recordar.
Alejo Moreno propone embarcarnos con él durante seis meses en el buque Juan Sebastián Elcano en La vida a 5 nudos, documental que se adentra en el día a día del buque escuela más famoso de nuestro país. Quizás desde la distancia pueda parecer idílico pero la realidad de la navegación es dura y aún más en este viaje. Las intenciones son buenas pero encontramos cierta irregularidad en enfoque y formas que no nos dejan con una sensación plena: imágenes espectaculares a más de 50 metros de altura que funciona como desahogo de adrenalina para esos jóvenes que pueblan las entrañas del barco que no encuentran réplica. La blancura del relato documental, que cuenta con el apoyo de la Armada española, nos priva de ver el lado menos amable de las cosas. Y no me refiero a que no haya dificultades climatológicas o ligeras emergencias, que están y que sacan a flote el conjunto, si no que nunca llegamos a conocer a ninguno de los que viven esa vida a cinco nudos. «Convivir seis meses en un barco es difícil», declara una de las Guardas marinas, contando lo que no hemos visto en las dos horas, que acaban haciéndose largas, de duración. En su esfuerzo por relatar la cotidianeidad hemos encontrado una película aséptica en su mayoría y con contados momentos que escapan al férreo control. Escuchamos al Padre del barco y vemos símbolos religiosos en los camarotes de los altos cargos, pero el tema no trasciende. Vemos un ligero montaje musical sobre el tiempo libre o una descripción de su estrecha litera, pero nada que indague en sus sensaciones, en sus sentimientos. La vida de un barco, correcto, pero pasamos demasiado de puntillas por la vida de los que hacen posible que ese barco siga. Quizás ese era el objetivo, pero nos quedamos con las ganas de bucear más a fondo.
En una medida acertada que el Festival de Cine Español de Málaga, por suerte, aún conserva, los pases de la sección oficial Documental de largo y cortometrajes se incluyen en una misma sesión. Out, con clara vocación ensayística y eminentemente documental, ha sido lo más estímulante de lo que llevamos en la Costa del Sol. Un estudio sobre el fuera el campo, un jugueteo de las mezclas de sonido e imágenes durante un torneo de tenis en Barcelona, o más bien de todo lo que bordea a ese foco que son los jugadores y sus golpes. Un discurrir de 17 minutos que toma bastantes riesgos y cuyos resultados estimulantes pesan más que aquellos más inaccesibles, al menos para quién les escribe.
El hogar al revés venía a completar el día con una historia que de nuevo sigue un patrón visto en Los héroes del mal. Itzel Martínez confía en retratar el mundo de cuatro jóvenes adolescentes en un suburbio de México sin la presencia, ni siquiera intuida, de ningún adulto. De nuevo, la ciudad de los niños sólo para los niños. El mayor impacto de esta obra situada en Tijuana es el comprobar las condiciones de vida de la clase media, pues siempre se ha caído en caracterizar los bajos fondos pero es más sorprendente comprobar como los mejores avenidos económicamente apenas llegan para pasar el mes con unos 400 pesos. Adolescentes que no han sufrido más allá de los típicos desvaríos de su edad porque se han acostumbrado a llevar gorras de marca pero a vivir entre la basura. La denuncia social se intercala con el compartimiento pueril, aunque con ciertos puntos de lucidez, de nuestros jóvenes, pero por desgracia para nuestro disfrute, la realización se contagia y se recrea de la misma forma que puede hacerlo cualquiera de los chicos sobre supuestos momentos definitorios. La mirada que vemos, la que nos traslada la realidad de esos jóvenes, nos llega con el tono menos adecuado y quizás más concreción para definir a esta generación hubiera multiplicado su impacto en la audiencia.