28 de marzo de 2024

Críticas: Del revés

INSIDE OUT

Nothing more but feelings

Crecer implica irremediablemente renunciar a muchas cosas. Tener que desechar recuerdos o vivencias y sustituirlas por otras más difíciles de comprender. Algo que desde las películas de Pixar se ha ido repitiendo de formas más o menos sutiles, y que con el final de Toy Story 3 lograba impactar y conmover a un público adulto no acostumbrado a sentirse identificado con una película infantil. Ahora Pixar da un paso más en su cometido de explorar las emociones humanas con una película que se mete de lleno en las mentes de sus personajes para tratar de comprender qué hay detrás de nuestros recuerdos y de nuestros sentimientos, fusionando una historia mucho más realista que las anteriores con un imaginario complejo y perfectamente estructurado.

INSIDE OUT

Del revés se introduce en la mente de una niña desde que empieza a tener consciencia. Los sentimientos más básicos: la alegría, la ira, la tristeza, el asco y el miedo, controlan desde el panel de mandos de su cerebro todas las reacciones de Riley ante los estímulos que se le presentan, convirtiendo las situaciones importantes en recuerdos fundamentales para su crecimiento personal. Cuando Riley cumple 11 años, sus padres se trasladan desde su Minnesota natal hasta San Francisco con todo lo que un cambio de ciudad, de casa, de colegio y de amigos implica en una niña de esa edad. La ambivalencia de los sentimientos de Riley ante todos estos cambios que aparecen en un lapso de tiempo tan pequeño, provoca también que sus emociones entren en un estado de desconcierto que acaba por desencadenar que se pierdan sus recuerdos esenciales, y que Alegría y Tristeza abandonen la mesa de control para encontrarlos. A partir de ahí comienza una carrera contrarreloj para devolver estos recuerdos al espacio de la memoria de Riley en el que deben estar, sin los cuales los pilares que conforman la vida de la niña se desmoronan irremediablemente, con el agravante de dejar a los mandos a Miedo, Asco e Ira.

Si bien el concepto de las emociones a los mandos de un gran panel que controla las reacciones de los humanos no es del todo original, de hecho hay un enorme parecido en ese sentido con el cortometraje Brain Divided que Josiah Haworth, Joon Shik Song y Joon Soo Song dirigieron en 2013, Del revés posee un planteamiento a priori demasiado complejo para lo que nos tiene acostumbrados. Sin embargo, el riesgo que asume con esta complejidad logra salir airoso a través de un guión que presenta unos personajes tan especiales como son las cinco emociones y una trama de aventuras en busca de los recuerdos concebidos para hacer las delicias de los más pequeños, mientras plantea un imaginario de lo que sucede en la mente humana que crea un impacto emocional directo a calar entre el público adulto.

INSIDE OUT – Anger, Fear, Joy, Sadness and Disgust look out upon Riley's Islands of Personality. ©2015 Disney•Pixar. All Rights Reserved.

Y es que, junto con el prólogo de Up, Del revés es la película más adulta de Pixar hasta la fecha, pero también la que aúna la capacidad de llegar de distintas maneras a todo un amplio espectro de público sin necesidad de abrir distintos frentes como hiciera aquella. Ya no sólo gana a los niños con los gags visuales ni a los adultos con sus situaciones plenamente identificables. Consigue ganar a un público nuevo, a esos niños que ya no lo son tanto como para reírse con Cars pero que todavía no comprenden el mundo de los adultos como para llorar con Wall-E, a una generación pre-púber que será capaz de entender con Del revés el proceso de crecer, de abandonar la inocencia de la niñez y entrar en la adolescencia con todas las incógnitas y las dificultades que eso conlleva, tanto para los propios niños como para los adultos.

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