26 de abril de 2024

Críticas: Decision to leave

Obsesión en la niebla.

Seis años después de estrenar La doncella (The Handmaiden, 2016), obra que lo asentaba en su estatus como uno de los más destacados directores de los últimos años, Park Chan-wook regresa a los cines con Decision to Leave, mostrando una versión más pausada del director coreano.

Park Chan-wook escribe, junto a su ya habitual compañero de guion Jeong Seo-kyeong, este thriller romántico en el que un detective entregado a su trabajo debe investigar el supuesto suicidio de un senderista, vigilando muy de cerca a la viuda de este hombre, sospechosa de asesinarlo, creando un vínculo sobre el que girará toda la película. El director coreano vuelve a tratar una vez más los temas que ha arrastrado a lo largo de su carrera y en los que se siente más cómodo: el amor imposible, el deseo y los crímenes. En esta ocasión, los crímenes y la etiqueta de thriller se convierten en una excusa para llevar la película al terreno del romance, abandonando el misterio y la importancia de los asesinatos. Para que un romance enfermizo como el que la cinta propone funcione es necesario sentir la química entre los protagonistas, química que consiguen crear con creces mediante sus actuaciones Park Hae-il y Tang Wei.

Decision to Leave se mueve entre lo clásico y lo moderno. Se puede apreciar el ambiente del cine noir de los 40’s, con el detective depresivo que se enamora de quien no debe y la mujer femme fatale. Las resonancias con Vértigo (Alfred Hitchcock, 1958) en la obsesión del detective por dicha mujer también son evidentes. Todos estos elementos de cine clásico se entremezclan con una narración en la cual la linealidad sufre disrupciones, rompiéndose en ocasiones con flashbacks y sueños despiertos de los personajes. Park Chan-wook decide saturar al espectador con dicha narrativa, con imágenes que se superponen con una voz en off que nada tiene que ver con lo que la imagen muestra, creando torrentes de información y estímulos para el espectador, en un valiente ejercicio de dirección y montaje.

El director hace constante alarde de su gran manejo de la puesta en escena y de la cámara, construyendo planos con una dirección de arte realizada con un detalle milimétrico, junto a constantes tavellings, paneos y zooms, siempre bien medidos esperando el momento exacto de introducirlos en escena, mostrando su control total sobre la puesta en escena, de una forma que roza lo obsesivo compulsivo, al igual que en muchas ocasiones lo hace el protagonista. El director logra adueñarse incluso de los elementos de la naturaleza, más concretamente de la niebla, una niebla que se menciona de forma textual y que permanece de fondo durante la segunda mitad de la cinta sirviendo de metáfora de una narración que reniega de la solidez de la linealidad, de unos protagonistas que reniegan de lo sólido, que no consiguen mirar con claridad más allá de una obsesión que nubla sus miradas.

La maestría como director de Park Chan-wook consigue sustentar una película cuyo guion no hubiese sido defendible en otras manos. El amor se vuelve enfermizo a unos puntos en los cuales incluso entrando en el juego que propone la película, el espectador se preguntará en más de una ocasión el por qué del actuar de los personajes, con más de una situación y escenas que dejan con la sensación de no haber aportada nada a la trama ni personajes, sintiéndose como un fallido intento de retorcer la trama y la obsesión provocada por el amor, alargando así el metraje de la película de forma que se siente innecesaria.

Decision to Leave es una demostración más de que Park-Chan-wook es uno de los mejores directores del panorama internacional y con que demuestra tener las ideas claras a la hora de plasmarlas en la pantalla pese a su complejidad, no sintiéndose así en lo que a su guion respecta que en un intento de superarse a sí mismo retuerce el amor y la historia más de lo que la película puede soportar.

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