Unos Romeo y Julieta nipones tratan de sobrevivir en el fuego cruzado de dos clanes enemigos en este entretenido anime de katana y brujería.
La impresionante intro de Basilisk, en la que se nos cuenta la historia de los clanes ninja Kouga e Iga a través de la parábola de la serpiente y el águila, ya va avisando de lo que se nos viene encima: un anime de hostias bien dadas con el trasfondo de la una historia de amor entre los herederos de estos clanes enfrentados. Los clanes acaban de entrar en guerra para decidir quien será el nuevo Shogun y en liza entrarán una serie de guerreros ninja que defenderán sus respectivos planes y a los que eligen con una serie de pergaminos que van llevando a todas las aldeas.
Esto a grosso modo es el inicio de Basilisk y aunque se presenta de una forma un tanto acelerada y confusa (probablemente por la obligación de resumir quién sabe cuántos tomos del manga) pronto nos va metiendo en la historia y sobre todo en su tema central, esto es, los frenéticos enfrentamientos de los guerreros ninja. Aquí me tengo que quitar el sombrero ante la imaginación desbocada que se emplea en cada uno de estos personajes, con habilidades y poderes bien diferenciados y que siempre sorprenden por su originalidad. y que van, por ejemplo, desde la bella guerrera que utiliza enjambres de mariposas para crear confusión hasta el extraño ser sin piernas ni brazos que asesina…con su lengua.
Lo peor de este anime sin duda es la empalagosa historia de amor entre Gennosuke y Oboro, los muy moñas protagonistas, historia que podría haber mejorado si hubiésemos podido ver el inicio, cómo se han conocido y enamorado estos personajes a priori antagonistas. Pero como el tema comienza in media res, pues nos da un poco igual que se arrejunten o que se dejen de juntar.
Lo mejor con diferencia está en la variada plétora de secundarios, algunos realmente carismáticos. Además, el trepidante ritmo con que se suceden las luchas te contagia esa sensación de prisa y peligro constante que tienen que vivir los personajes, lo cual convierte a Basilisk en una experiencia tan corta (apenas diez horas dura el anime) como frenética y entretenida.
Estaba en busca de algo burro y corto, quizá me meta con ésta.