18 de abril de 2024

Críticas: Punch-Drunk Love

Crítica de Punch-Drunk Love, en la que Adam Sandler cambia su registro de crío de 5 años por el de adulto frustrado con ataques de ira y que misteriosamente encuentra el amor.

Crítica con pequeños spoilers:

Tras el gran éxito de Magnolia, el director Paul Thomas Anderson se dio un aparente respiro en su siguiente película, Punch-Drunk Love. De mucha menor duración que el resto de las películas que ha dirigido, que casi todas suelen superar las dos horas (Boogie Nights, Magnolia, There will be blood) mientras que Punch-Drunk Love apenas alcanza la hora y media, Paul Thomas Anderson realiza una comedia romántica, con varios de los ingredientes habituales del género, pero logrando ofrecer al espectador algo distinto a las habituales películas de este género.

Ésa diferencia de Punch-Drunk Love con las otras comedias románticas se la marcan dos cosas: en primer lugar, el carácter inestable del personaje de Adam Sandler, que nunca se sabe cuando se va a comportar como un niño inocente al que le cuesta incluso hablar o cuando se convertirá en un hombre al que se le va la cabeza y podría abrírtela a ti en un par de segundos; en segundo lugar, la dirección de Paul Thomas Anderson, utilizando varios recursos, como la música o los colores, para salir de lo común.

Paul Thomas Anderson nos presenta a un tipo solitario llamado Barry (Adam Sandler) y divide su historia en dos partes que se acaban entrecruzando. Por un lado tenemos la presentación del personaje, de su negocio, de sus siete hermanas (aunque finalmente solo importe una de ellas, la que interpreta Mary Lynn Rajskub), para llegar al conflicto que no es otro que una llamada para pedir sexo telefónico que le acaba costando cara ya que al dar todos sus datos le comenzarán a hacer chantaje. Por el otro lado tenemos la historia entre Barry y Lena (Emily Watson), una chica que le presenta su hermana y con la que comienza una relación.

Aquí es donde comienza Paul Thomas Anderson a través de las imágenes, de los colores y de la música -lo que más me gusta de la película- a tratar el estado de ánimo del personaje de Barry. Y sobre todo como finalmente decide comenzar una relación con la otra chica, a la que en un principio rehuye. Al más mínimo detalle que le incomode pierde los papeles -sirve como ejemplo la escena en los servicios del restaurante después de la conversación con ella aunque no es la única en que podemos ver esto-. Una historia donde el aire de irrealidad que se respira le acompaña desde su mismo comienzo con el accidente y el piano en medio de la calle y que no abandona en toda la película. Con ese piano que Barry apenas aprende a tocar más allá de unas teclas podemos ver la importancia de la música. Una música que servirá, como ya se ha dicho, para indicarnos como se siente en cada momento. Por otro lado, tenemos a ese personaje que viste un traje de color estrambótico, quizá con el director apoyándose en ese mismo vestuario para otorgarle una atmósfera a ratos surrealista, apoyando así al ya citado clima de irrealidad.

Por otro lado también vemos a un Barry que cuida cada detalle. En este caso la letra pequeña de ciertos productos. Es la única persona que se entera que a través de ciertos alimentos puede conseguir gratis millas de viaje (en este caso, comprando natillas) y pese a ser una persona que él mismo reconoce que NUNCA viaja, no duda en aprovecharse de esa oportunidad aunque luego se la acaben dando con queso con el tema de las semanas en que eso se hace efectivo. Y por último, tenemos al Barry que no duda en pedirle a su cuñado que le recomiende algún psiquiatra y que de vez en cuando suele llorar, para luego negarlo todo ante su hermana. No es la única mentira en que le pillamos.

Punch-Drunk Love es una película sencilla pero efectiva, que se aprovecha de la mezcla entre ingenuidad y locura del personaje de Sandler y de lo que le va pasando a lo largo de la película, ya sea encontrar el amor de su vida logrando una enorme fuerza con eso, o ser puteado por un tío que vende colchones (Philip Seymour Hoffman) y su grupo. No le vendría mal al director muchas veces acometer más películas como ésta y dar respiro a su vena más intensa aunque sea un director que se toma sus años de descanso entre proyecto y proyecto.

2 comentario en “Críticas: Punch-Drunk Love

  1. Me encanta esta película; es demencial. Compadeces a Sandler todo el tiempo: me encanta como murmura entre dientes.

    Pero fíjate, no me había fijado en la banda sonora (o no la recuerdo) y es algo que suelo hacer. Voy a echarle un vistazo.

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