Reseñamos a cuatro manos la película de Kirill Serebrennikov.
Betrayal según Mara Lupino
Betrayal (Traición) es un thriller psicológico con adulterio de por medio. La historia se inicia cuando la cardióloga de un hospital (interpretada por Franziska Petri) confiesa a uno de sus pacientes (el actor Dejan Lilic –los personajes no tienen nombre-) que su mujer se acuesta con su marido. A partir de entonces, la película trata de hacer una reflexión sobre las claves y consecuencias de la infidelidad a partir de esta pareja que se alía tanto para el desahogo mutuo como para planear el clásico asesinato. Y es que Betrayal (Traición) parte de una pauta clásica-conocida (infidelidad-confabulación-venganza), para llevar a cabo un ejercicio de estilo por parte del director Kirill Serebrennikov que se aleja de la Escuela Rusa para acercarse más a las influencias nórdicas: algún momento bergmaniano, otro vontriano… y a los toques lynchianos que sobre todo recaen sobre el personaje de la comisaria y su relación con la pareja protagonista, las situaciones absurdas, el humor enrarecido o la dualidad de la cardióloga a lo Carretera Perdida (Lost Highway, 1997) o Mullholland Drive (2001).
En Betrayal (Traición), la pulsión sexual y la obsesión es lo que mueve a todos sus protagonistas, los celos, el amor es un tormento y de eso no se libra nadie. Claro, muchos dirán que la película mantiene la tensión, que el suspense está bien llevado y que los rusos son muy suyos y que ellos son así. Bueno, a ver, a mí estas cosas no me han pasado ni con Einsestein, ni con Pudovkin, ni con Klimov o Sukorov que, con todo los rusos que son, todas sus películas guardan una coherencia tanto en las historias como en su puesta en escena como en el cuidado que ponen en que el objetivo de la cámara pose su lente sobre los personajes por no hablar de cuestiones más técnicas o simplemente del montaje. En este caso, su estructura en dos partes para desarrollar pasado/presente con elipsis integrada en escena y una trama cuyo desarrollo se debilita por la falta de ritmo y donde todo parece inclinarse a favor de la estética (Reflejos y geometría en el encuadre), la elección de los elementos a componer en busca del psicologismo o la metáfora es un poco dudosa cuando, también pasa, que no hay lectura que sacar.
En definitiva, la película se pierde por una dirección que complica formalmente un desarrollo y que, tal vez, con un mayor apego a sus personajes y una buena dirección de actores que hubiera maquillado las deficiencias del guión, habrían causado mayor empatía con sus protagonistas y, seguramente, creado la atmósfera y la tensión necesaria para mantener al espectador pegado en la butaca.
Betrayal según Von Snuff
«El comienzo (…) es impactante, pero el resto se desliza hacia el disparate, el psicologismo retorcido, la sensación de que no sabe qué hacer en la progresión de su tortuosa historia»
Carlos Boyero: Diario El País
¡Tiene que ser buena, intimista e interesante! ¡Toda una obra de autor! ¡Llena de significativos silencios, cosas que no se explican y que el espectador debe deducir!
Eso pensé yo en toda mi temeridad. He de confesar que no estoy nada puesto en cine ruso: no me he visto la saga de Underworld, me quedé atascado en los soviets y no supe pasar de nivel, me quedé allí deleitándome.
Es cierto, el comienzo impacta. Impacta la intriga que se crea, que por algún motivo parecía bastante De Palma. Un hombre acude a hacerse un chequeo de rutina a la consulta del médico, que resulta ser una atractiva y fría pelirroja. Mientras le ausculta, ésta le revela un secreto: sus respectivos cónyuges están teniendo una aventura.
Pero impacta sobre todo la técnica: extraños e inquietos planos secuencia e impresionantes localizaciones semirurales que nos transportan a una especie de Rusia fantasma en la que sus gentes deambulan como almas en pena. No sospechamos, en un principio, que es así como vamos a acabar nosotros respecto a la película.
El guión avanza muy a su manera, pero logra avanzar. Llegado un punto no estamos seguros de que lo siga haciendo. El que la técnica se mantenga brillante, con esos travelling y esa fotografía empieza a no aportar nada a una historia que está muerta por no saber a dónde va. Llegado un punto no se comprenden las motivaciones de los personajes; de hecho no se comprende prácticamente nada.
Han pasado dos días desde su visionado y ya me encuentro con que no tengo nada que decir. Que el director tiene talento para eso, para dirigir, queda claro con ver esta película. Que tenga talento para hacer un guión comprensible y una película con cierto ritmo ya resulta más cuestionable.
«El realizador juega a buscar el momento justo en el que la venganza, el miedo y el dolor de la carne paralizan el ritmo cardiaco.»
Luis Martínez: Diario El Mundo
No creo que pueda compartir esta afirmación y con toda la pena y deshonra que eso supone para mi ego me temo que tengo que aceptar la primera y suscribirla palabra por palabra. Un aburrimiento, porque encima es larga. A otra cosa, salvo que seáis capaces de disfrutar exclusivamente de la técnica, que hay mucha.
Es evidente que se trata de una sucesion de escenas que puedan ser interpretadas de varias maneras. La apreciacion de no comprender que muestra este arte, no implica una dudosa metafora. Por el contrario la vida de los protagonistas no dista de una mirada analitica a la vida humana, en donde, no debiese caerse en la necesidad de comprender.
Tal vez estemos acostumbrados al cine estadounidense, en donde los finales felices y las tramas repetitivas y predecibles abruman. Este es un film que captura una serie de eventos en la vida amorosa de personas comunes.
No es necesario hacerlos brillar por su intelecto ni revelar demasiado su saber, hacia donde van, o que piensan.
El espectador debe poder soportar esta desilucion.
O acaso el comun de la pasion confusa no tienen una direccion parecida. La fotografia es decididamente artistica, como la danza de los cuerpos desnudos vista desde y fuera del lecho romantico.