18 de abril de 2024

Críticas: En un lugar salvaje

Reencontrarse y sanar heridas.

Sola, alejada de todo y todos, ermitaña en una cabaña en medio de la frondosidad de las Montañas Rocosas, una cordillera que abraza el perímetro de varios estados en la frontera con Canadá. Sin móvil, sin coche, sin ningún contacto con el mundo exterior y mucho menos con el ruido y ritmo de la gran ciudad. Un gran cambio radical para una mujer de 50 años que parece arrastrar una losa a sus espaldas tan pesada como el dolor enquistado en su corazón. Tiene provisiones de comida, caza y un kit de supervivencia en el campo, pero ninguna experiencia previa en una situación de estas características. Y lo quiere hacer absolutamente sola.

Robin Wright fue una estrella en los años 80 y 90 con títulos tan míticos como La princesa prometida o Forrest Gump. Luego medio desapareció en proyectos fallidos o en papeles muy secundarios. ¿Por qué una actriz de su calibre y talento no tuvo una carrera más prolífica? La razón es de sobras conocida: mujer, mayor de 35 años y pocos guiones ofrecidos. Su suerte cambió (afortunadamente) con la magnífica serie House of Cards y películas relevantes como la adaptación de Millennium de David Fincher o El congreso. En la serie de Netflix empezó a dirigir algunos episodios desde la segunda temporada; ahora con una posición de nuevo relevante en la industria se ha lanzado a la dirección cinematográfica con En un lugar salvaje, una buena carta de presentación.

Edee, la protagonista, no realiza tanto un retiro espiritual como una desconexión total del mundo para emprender una lenta y extraordinaria superación del duelo, para reencontrarse consigo misma y el mundo tan dramático que rodea su existencia. Al final, el objetivo es sanar heridas y, tras unos tormentosos primeros días y atisbar la facilidad de la muerte ante los peligros naturales y climatológicos del nuevo entorno, Edee decide aceptar la ayuda de Miguel, un experto en las tierras. Entre ambos se entabla una delicada y hermosa relación de amistad que ayuda a Edee en su camino para lograr dejar atrás la devastación emocional que arrastra sin respiro.

Robin Wright debuta con una película sencilla y con una historia tan trillada como efectiva si se tocan las teclas adecuadas y no se abusa de los recursos más zafios. La actriz cumple con todo, si bien es cierto que a veces resulta excesiva (algunos montajes con música, cámara lenta, etc.) y en otros demasiado plana, también lo es que algunas escenas rezuman una belleza especial, acierta de pleno en el desarrollo emotivo de la relación con el personaje de Demián Bichir y consigue cerrar muy bien el relato con un tercio final sumamente conmovedor. En un lugar salvaje es una buena opera prima, con tantos aciertos como flaquezas, en el que además la Robin Wright directora conoce tanto a la Robin Wright actriz que se sirve un potencial arco dramático para sacar lo mejor de sí misma y brindar una interpretación memorable. Tildarla de cine de autoayuda es demasiado fácil y, como apuntaba, no es tanto un retiro espiritual, sino una lucha por sobrevivir: literalmente frente a la naturaleza y los peligros de vivir ahí como metafóricamente superando el dolor causado por el reciente trauma.

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