25 de abril de 2024

Festival de Sitges 2021: Crónica 2

Viejos conocidos en Sitges.

Los primeros días del Festival de Sitges han estado protagonizados por viejos conocidos del certamen como Álex de la Iglesia y Michael Myers, el inmortal protagonista de la saga Halloween, y por un nuevo talento: Vladimar Jóhannsson. El cineasta islandés ha presentado Lamb, su potentísima ópera prima, tras estrenarla con todos los honores en la sección Un Certain Regard de Cannes. La película gira en torno a un matrimonio incapaz de tener hijos que un buen día descubre entre el rebaño de ovejas de su granja un recién nacido. Un regalo de la naturaleza que supondrá una segunda oportunidad para ambos y el inicio de la felicidad anhelada. Ahora bien, en esa recóndita casa, rodeada del paisaje frío, solitario y enrarecido, la respiración de las ovejas parece una amenaza constante. La naturaleza, quizás, no comparta esta felicidad caída del cielo.

El insólito punto de partida es simplemente el vehículo idóneo para ahondar en el tema central: el duelo, la maternidad y, si permiten la lectura de este cronista, una crítica a la gestación subrogada. María e Íngvar viven el vacío emocional provocado por la imposibilidad de concebir un hijo, la llegada de este bebé abrirá las puertas a un nuevo comienzo. Jóhannsson mueve el relato entre la tristeza y la felicidad, entre las cicatrices que perduran y el deseo (y la creencia) de superar el dolor. El personaje de ella es absolutamente cautivador y Noomi Rapace ofrece una soberbia interpretación. Lamb desconcierta desde su premisa hasta su sorprendente acto final, pero siempre atrapa en su atmósfera y resulta atractiva en todo momento. Una obra imperfecta, pero es un debut que nos revela un cineasta al que seguir muy de cerca.

Veneciafrenia

Por el contrario, un cineasta acostumbrado los últimos años al adjetivo imperfecto continúa por la misma senda e incluso un peldaño por debajo. Álex de la Iglesia continúa pasándoselo en grande con sus particulares festivales y también el público, aunque el alcance del divertimento sea poco perdurable en el tiempo. Veneciafrenia es el primer proyecto apadrinado por él mismo bajo el sello The Fear Collection. Una gozada verla rodeado del público de Sitges, pero realmente estamos ante una de sus obras más flojas, sobre todo, por un guion mucho más preocupado por las escenas slasher que por construir unos personajes carismáticos con los que luego uno pueda empatizar ante las distintas amenazas.

Un grupo de turistas españoles llega a Venecia durante el carnaval para celebrar una despedida de soltera. ¿Los villanos? Ciudadanos venecianos hartos de la masificación de la ciudad. La turismofobia como expresión del mal. Un punto de partida hilarante, aunque su desarrollo sea menos lúdico de lo que se auguraba al inicio. El principal escollo de Veneciafrenia es la desidia con sus protagonistas, ninguno de ellos resulta interesante y poco importa lo que les pueda ocurrir. Son meras piezas en el carnaval sangriento que nos tiene preparado el director de El día de la bestia. Tampoco ayuda un desenlace precipitado y despachado con la misma rapidez que uno olvida el entretenimiento pasajero. A su vez, el reparto principal es irregular, solamente destaca Ingrid García Jonsson. Entre lo mejor de la película se encuentran los fantásticos créditos iniciales, la divertidísima batalla final, la fiesta a lo Eyes Wide Shut y la música de Roque Baños, una estupenda BSO que se encuentra entre sus mejores colaboraciones con el director bilbaíno. Veneciafrenia podría haber sido una comedia gamberra muy lúcida en su crítica al turismo desaforado, pero se queda en un correcto y poco satisfactorio terrorífico divertimento.

Halloween Kills

El otro viejo conocido del Festival de Sitges es Michael Myers. El terrorífico personaje regresa tres años después del reboot con La noche de Halloween, en realidad, una secuela de la obra maestra de John Carpenter. Esta nueva Halloween Kills es una buena continuación en el universo de la saga, recuperando personajes icónicos de la original de 1978 y con muy buenas dosis de la cacería del temible Myers. En esta ocasión, el director David Gordon Green coloca también el foco del mal en el resto de ciudadanos, mensaje político mediante. El trumpismo irrumpe en la franquicia con buena parte de los ciudadanos siendo víctimas de los discursos más reaccionarios y populistas para esparcir el odio y no razonar ante los problemas. El asalto al hospital es profético de lo que terminó pasando en el Capitolio el pasado 6 de enero. La realidad superando a la ficción y adelantándose.

Quizás la lectura política de este Halloween Kills sea demasiado obvia y con subrayados incensarios en diálogos excesivamente explicativos (¿cuántas veces se discute sobre la maldad de Myers y el compartimiento del resto?). Más allá de ese sustrato, la película es primordialmente un disfrute para los fans de la saga y el cine de terror. Gordon Green vuelve a demostrar su talento para trasladar la esencia de la saga a los códigos contemporáneos del género y ofrece algunas secuencias realmente inspiradas como el ataque a los nuevos inquilinos de la casa de Myers o la huida de la casa incendiada con el grupo de bomberos. De todos modos, la inminente (el próximo año) Halloween Ends debería suponer el punto y final de la franquicia para no agotarse del todo. Eso sí, la fechorías de Michael Myers se disfrutan mucho más en una sala llena en el Festival de Sitges.

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