24 de abril de 2024

Críticas: Introduction

Recibidor de pasiones.

Sería inevitable negar a estas alturas que las mutaciones en gustos, hábitos y herramientas de interpretación de la cinefilia a principios del nuevo siglo han sido determinantes para que, veinte años después, todos los grandes nombres venerados del circuito de cine de autor de festivales cuenten con distribución comercial en España, por breve que sea. La oferta es amplia, e incluso los nichos más reducidos pero apasionados pueden confiar en recibir con cierta periodicidad una nueva ración de su cineasta favorito. El filme que nos ocupa en la crítica de hoy es el nuevo trabajo en un prolífico lustro de trabajo y prestigio para su director: la ganadora del Oso de plata a Mejor Guion en la Berlinale del 2021 Introduction, drama coreano que es el noveno largometraje en seis años del tan de moda entre la cinefilia especializada Hong Sang-Soo.

Un director en cuyo hechizo sigo sin haber entrado pese a ya numerosos filmes visionados, pero a quién siempre estaré dispuesto a dar una nueva oportunidad dada su preponderancia en el debate cinéfilo y lo consolidada que está la moda de reflexionar, programar y compartir las impresiones de su cine. En lo que a Introduction se refiere, película más pequeña todavía con respecto a lo que acostumbra al coreano que sin duda ofrece novedades estilísticas y temáticas, no es una película que vaya a cambiar el estado de las cosas. Su diseño será suficiente para deleitar a la parroquia, pero ofrece pocos elementos de enganche para los recién llegados. Película de innegable interés, pero con tantos valores como carencias.

66 minutos, blanco y negro, una definición de imagen propia de una cámara MiniDV (intuyo que se busca intencionadamente un look casero). Un escaso puñado de localizaciones próximas a nivel geográfico, un reducido grupo de personajes. Todos ellos configuran este ambiguo y silencioso laberinto de deseos y frustraciones. Una sucesión de incógnitas que progresivamente se irán respondiendo más por intuiciones que por revelaciones. Cuatro personas en aparente paz y conformidad con sus respectivas situaciones actuales y que, sin embargo, ansían algo más. Desean intensamente un cambio y, ante todo, una liberación. Ya desde los primeros compases, en los que toda primera toma de contacto con ellos es por separado, vemos que son unos en soledad y otros cuando se encuentran entre ellos.

Un contenido y calmado drama de sonrisa y afabilidad donde el conflicto late bajo la superficie, donde las profundas reflexiones sobre la naturaleza humana fluyen a través de los sencillos diálogos de la trivialidad diaria. Nos movemos en coordenadas Hongianas, si bien más crípticas que en otras ocasiones. La conversación costumbrista y jovial como vehículo de expresividad dramática se halla en el núcleo de la propuesta, así como la descripción de personajes alrededor de reuniones de larga duración ante una mesa con comida y vasos de soju. Rasgos estilísticos reconocibles que se unen a su singular y reconocible dialéctica de cámara. Las tomas de larga duración sitúan la cartografía de lugares, trazando reencuadres con zooms ins, zooms outs y panorámicas pero sin reparo para mantener los nuevos marcos tanto tiempo como sean necesarios. Un trabajo minimalista, desnudo y sutil, que ofrece como elemento de mayor interés todos sus inicios interrumpidos, sus vías narrativas dejadas en pausa, sus pasos en falso. Una superficie de recompensas futuras que apenas quedan perfiladas, dejando que el espectador haga el trabajo restante a través de su imaginación.

Es una película atractiva, pero también un tanto frugal, insípida. Una propuesta conformada con tan solo ser un boceto. Sus virtudes de buen criterio y depuración están ahí, pero sospecho que la comunidad crítica les está atribuyendo mas calado del que tienen por el nombre que firma el filme. Los apuntes son sugerentes, sí, pero tan sólo son eso. El magro siguen siendo conversaciones mundanas de interés relativos entre personajes que apenas nos implican más allá de una ligera simpatía. La originalidad no implica genialidad y, si bien el estilo es propio, tampoco dejan de ser encuadres llanos que, en esta ocasión, se ven con poca resolución. Cuando empezamos a vislumbrar una evolución de conflicto intrigante, el filme concluye con sus únicas notas musicales del metraje.

En suma, una película de cine sentido y concentrado que gran parte de la comunidad cinéfila pregonará como la nueva venida de Cristo durante meses para complacerse en su ejercicio de elitismo comunitario, pero tan simpática como escasa para todos los demás.

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